Federico Mancuello estuvo en un directo con Gastón Edul: “Independiente me lleva a los momentos cuando escuchaba por radio los partidos de Copa Libertadores con mi abuela. Son muchas cosas que hacen que uno tenga un amor para aguantarse algunas cosas. Uno se siente identificado con el club porque si no fuera por Independiente, yo no hubiera sido jugador de fútbol, o hubiera sido en otro lado.- Recibí un llamado de la dirigencia y yo les dije que faltaban dos días para el cierre del libro pases. Les dije que si ellos consideraban que yo era importante, iba a hacer el esfuerzo e iba a volver. Después, me dijeron que hablaron con el entrenador y evaluaron que yo no era una opción.- Uno va a volver cuando las cosas se den. Y si no es como futbolista, hay un montón de roles que te van a acercar al club, porque si uno se forma las puertas siempre van a estar abiertas. Lo que más me llevo de Independiente es el cariño de la gente por cómo soy y no tanto por títulos.- Mi paso por Belgrano fue uno de los mejores años, porque aprendí a jugar a otra cosa. En Independiente, siempre salíamos a proponer el partido sin importar lo que hacía el rival. En Belgrano, me empecé a preocupar por la parte en la que uno no tiene la pelota y los movimientos que tienen que hacer los jugadores. Ese paso me dejó muchos amigos y una buena relación con Zielinski.- En Independiente, la llegada de Jorge (Almirón) a mí me benefició en un montón de cosas. Me explicó que por el medio participaba mucho más y que necesitaba que yo toque más la pelota. Fue el entrenador que mejor me indicó adentro de una cancha para sacar ventaja sobre el rival. Tuve muchos entrenadores que fueron buenos: Ricardo (Zielinski) en el aspecto defensivo; Mauricio Pellegrino en el orden y lo táctico, y Jorge en todo: es una persona que vive el fútbol como una manera de vida y te daba el porqué de lo que hay que hacer adentro de la cancha.-
El problema grande que tuvimos fue querer cambiar muchas veces las formas de jugar. Veníamos de Brindisi, que es diferente a De Felippe, que también es diferente a Almirón, que a su vez es diferente de Pellegrino. Entonces, los jugadores que tenía un entrenador no le servían al otro; nunca podían ensamblar el estilo de juego que querían. El que mejor hizo las cosas y al que también más ayudó la dirigencia es Holan. Después, desconozco lo que sucedió con el plantel porque los jugadores que ganaron la copa se fueron yendo de a uno.- Había hablado con mi entrenador y me había dicho que no me iba a tener más en cuenta. Un tiempo después, me dijo que me quede a concentrar y yo le dije que no me iba a quedar porque no me quería más. En un partido contra Corinthians, me tocó entrar y meter un gol. Después, jugué los dos partidos de semifinales contra Junior. Cuando voy al Libertadores de América, me dí cuenta que no estaba dentro de la lista. Lo miré desde el palco, apreté un poquito el puño y nada más. Saludé a la gente y ni miraba el partido”.
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