10-08-2014
Favio Verona Fverona@ole.com.ar
El Rojo regresa a Primera tras 414 días en el infierno. Ilusionada con la propuesta de Almirón, la gente arrasó en las boleterías.
Fue un camino sinuoso, con el sufrimiento como único compañero de ruta, con la incertidumbre machacando las ilusiones, con el abismo más profundo en el horizonte y los embates de las presiones galopando cada vez con mayor intensidad. Fue un suplicio que los jugadores y Omar De Felippe debieron combatir en soledad en un club acéfalo de coherencia, gobernado por una conducción fundamentalista e ineficaz, por un líder que se empeñó en exhibir su inoperancia, dispuesto a ejecutar su plan mesiánico y kamikaze, desoyendo los estertores de su propia agonía. Fue un año en el infierno, un infierno que comenzó a extinguirse recién cuando el autor intelectual huyó despavorido por la ventana de atrás. El de hoy no será un partido más para Independiente. Será el comienzo de la reconstrucción desde los escombros que quedaron esparcidos después del colapso. Será el primer paso en un sendero fangoso que no concede mucho margen para los tropiezos, la primera escala de un viaje de ida pergeñado para recuperar el orgullo usurpado.
Los hinchas ya comenzaron a agitar la bandera de largada. Motorizados por el combustible del entusiasmo que inyectó el equipo con el triunfo ante Belgrano (2-0), acudieron en masa a las boleterías y arrasaron con las entradas. Se esperan tribunas atiborradas. Se espera un equipo que salga a defender las banderas que izó Jorge Almirón cuando desembarcó en el club. “Quiero que seamos protagonistas, no tengo miedo de pedirles a mis jugadores que arriesguen. Vamos a sumir el compromiso de intentar darle algo distinto a la gente, de respetar la historia del club”, fue su bajada de línea. Y el mensaje se esparció a velocidad crucero en un plantel que deberá despojarse de la cruz del pasado reciente para desterrar el escepticismo de la tribuna. El técnico reunirá hoy por la mañana a los 20 concentrados y recién allí les avisará quiénes saldrán a la cancha, aunque la idea no variará más allá de los intérpretes. En la defensa, Almirón aún no definió si apostará por Breitenbruch o si se inclinará por Ojeda. Y en el medio deberá evaluar si opta por el quite y la distribución que le ofrece Bellocq o si acude a la claridad que aporta Méndez. Arriba también lo abordan las dudas: Pizzini parece ganarle la pulseada a Riaño, mientras que la puja entre Lucero y Penco parece ser más pareja. “Los juveniles promovidos del Selectivo de Milito tienen una comprensión del juego superior”, había dicho el técnico. Por eso, 10 de los 20 concentrados son productos genuinos del club.
Favio Verona Fverona@ole.com.ar
El Rojo regresa a Primera tras 414 días en el infierno. Ilusionada con la propuesta de Almirón, la gente arrasó en las boleterías.
Fue un camino sinuoso, con el sufrimiento como único compañero de ruta, con la incertidumbre machacando las ilusiones, con el abismo más profundo en el horizonte y los embates de las presiones galopando cada vez con mayor intensidad. Fue un suplicio que los jugadores y Omar De Felippe debieron combatir en soledad en un club acéfalo de coherencia, gobernado por una conducción fundamentalista e ineficaz, por un líder que se empeñó en exhibir su inoperancia, dispuesto a ejecutar su plan mesiánico y kamikaze, desoyendo los estertores de su propia agonía. Fue un año en el infierno, un infierno que comenzó a extinguirse recién cuando el autor intelectual huyó despavorido por la ventana de atrás. El de hoy no será un partido más para Independiente. Será el comienzo de la reconstrucción desde los escombros que quedaron esparcidos después del colapso. Será el primer paso en un sendero fangoso que no concede mucho margen para los tropiezos, la primera escala de un viaje de ida pergeñado para recuperar el orgullo usurpado.
Los hinchas ya comenzaron a agitar la bandera de largada. Motorizados por el combustible del entusiasmo que inyectó el equipo con el triunfo ante Belgrano (2-0), acudieron en masa a las boleterías y arrasaron con las entradas. Se esperan tribunas atiborradas. Se espera un equipo que salga a defender las banderas que izó Jorge Almirón cuando desembarcó en el club. “Quiero que seamos protagonistas, no tengo miedo de pedirles a mis jugadores que arriesguen. Vamos a sumir el compromiso de intentar darle algo distinto a la gente, de respetar la historia del club”, fue su bajada de línea. Y el mensaje se esparció a velocidad crucero en un plantel que deberá despojarse de la cruz del pasado reciente para desterrar el escepticismo de la tribuna. El técnico reunirá hoy por la mañana a los 20 concentrados y recién allí les avisará quiénes saldrán a la cancha, aunque la idea no variará más allá de los intérpretes. En la defensa, Almirón aún no definió si apostará por Breitenbruch o si se inclinará por Ojeda. Y en el medio deberá evaluar si opta por el quite y la distribución que le ofrece Bellocq o si acude a la claridad que aporta Méndez. Arriba también lo abordan las dudas: Pizzini parece ganarle la pulseada a Riaño, mientras que la puja entre Lucero y Penco parece ser más pareja. “Los juveniles promovidos del Selectivo de Milito tienen una comprensión del juego superior”, había dicho el técnico. Por eso, 10 de los 20 concentrados son productos genuinos del club.
Fuente: Olé
Hoy a las 22 hs, INDEPENDIENTE DE AMERICA con Eduardo González, Jorge Rizzo y Gastón Bevilaqua, en AM 1070 Radio El Mundo.

No hay comentarios.:
Publicar un comentario