Penco y los goles que lo meten en la historia
“Me costó muchísimo llegar a un club grande”, asume el delanteroEl goleador de los partidos clave sueña con gritar ante Patronato..- CLARIN
Una situación vale más que mil palabras. Domingo a la noche. Córdoba capital. Estaciona el micro en doble fila. La gente de seguridad arma un vallado. En el hall central del hotel Howard Johnson, decenas de hinchas, exultantes, le dan la bienvenida al equipo que un par de horas antes, ante Instituto, había encaminado de una vez por todas el ansiado regreso a Primera. Precisamente, el primero en bajar del micro es Sebastián Penco. El mismo Penco que hasta hace un par de semanas era defenestrado por los hinchas de Independiente, recibió todos los mimos habidos y por haber de un saque: “¡Idolo! ¡Genio! ¡Sos el más grande de todos! ¡No te vayas nunca!”...
El autor del gol de la victoria lejos estuvo de mostrarse rencoroso. Al contrario: con una sonrisa amplia agradeció los elogios, se bancó las palmadas y los abrazos de oso. En su interior, ¿hay sed de venganza o de revancha? Responde el delantero de 30 años: “No, yo no hablo de revancha, hablo de desahogo. Esto es así: te salen mal las cosas, sos el peor; te salen bien, te aplauden...” -Y no hiciste un gol cualquiera
-Fue un gol muy importante porque fue sobre el final, porque dejamos en el camino a un rival directo y porque nos permite llegar a la última fecha sin depender de nadie. Noventa minutos nos separan del ascenso. Hay que matarse dentro de la cancha, no dar por perdida ninguna pelota. Contra Patronato nos vamos a jugar la vida.
-Fue un gol muy importante porque fue sobre el final, porque dejamos en el camino a un rival directo y porque nos permite llegar a la última fecha sin depender de nadie. Noventa minutos nos separan del ascenso. Hay que matarse dentro de la cancha, no dar por perdida ninguna pelota. Contra Patronato nos vamos a jugar la vida.
-Y pensar que en diciembre del año pasado estabas más para irte que para quedarte, ¿no?
-Sí, es cierto. En la primera parte no había tenido muchas oportunidades. Uno siempre quiere jugar. Analicé mucho la situación y al final decidí quedarme a pelearla. No quería irme así. Me costó muchsísimo llegar a un club grande. Jamás bajé los brazos, ni siquiera cuando me lesioné con Banfield.
-Después de la derrota en Jujuy parecía imposible alcanzar el tercer boleto. ¿Qué cambio?
-La mentalidad en primera medida. Después del empate con Ferro logramos tres victorias al hilo y eso te va generando confianza. Es cierto, algunos resultados ajenos nos dieron más de una oportunidad.
-¿Fue el gol del ascenso?
-No sé... Puede ser... Ojalá que me toque estar. Y si puedo hacer un gol, sería fiesta completa...
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