El método Almirón confundió al equipo y
encendió alarmas.
El DT sacó a Montenegro y a Gómez; se
partió la estructura; el clásico acelera a los hinchas
Por Bruno Rizzo|"LA
NACION".
En los pasillos del estadio Libertadores de
América se habla del comandante. Aquellos que integran el círculo cercano
aseguran que el técnico Javier Almirón aprendió de la firmeza de Ricardo La
Volpe, quien lo dirigió en México, pero con el que terminó distanciado.
Entrenador de fuerte carácter, con personalidad, no se ata a los nombres, no le
tiembla el pulso si tiene que modificar la estructura, sentar en el banco de los
suplentes o, directamente, no convocar a un jugador. Una señal de los golpes de
timón que ejecuta con facilidad y que sorprenden se puede sintetizar en
Montenegro, un referente que frente a Vélez sólo estuvo un tiempo en la cancha,
o Droopy Gómez, que de titular con Estudiantes pasó a ser moneda de cambio,
junto con Rolfi, en el entretiempo, en Avellaneda.
La situación con Montenegro es la que
podría acarrearle mayor conflictividad en la relación con el grupo. El N° 23 es
un referente y con él Almirón sostuvo dos extensas charlas, después de dejarlo
fuera de la nómina de concentrados en el debut con Atlético de Rafaela. Aquella
tarde, el equipo funcionó en ataque, aunque sufrió atrás. La diferencia 3-0
ocultó los desajustes, aunque el entrenador no tuvo inconvenientes en cambiar,
en hacerle, a pesar de no estar totalmente convencido, un espacio a Montenegro.
Algunas inconductas de Pisano le dieron ese lugar.
Anoche, Pizzini y Pisano -no le gustó nada
ser reemplazado contra Atlético de Rafaela, ni bien comenzado el segundo tiempo.
Pero, según se supo, a Almirón tampoco le cayó en gracia que el futbolista haya
estado hasta tarde en un programa de TV y quellegara con demora a una práctica-
reemplazaron al Rolfi y a Gómez. Y si bien los Rojos estaban abajo en el
resultado, los retoques que impuso el entrenador sólo abrieron grietas, no
produjeron resultados.
Tras las modificaciones, Independiente
quedó partido, con un 4-2-4 que se redujo a un ida y vuelta, con la enorme
diferencia de que Vélez tenía espacio, orden y juego para llegar al área con
facilidad; Independiente, por su parte, lucía desconcertado, inconexo y con
pocas fuerzas. El dibujo táctico no es novedoso, a él recurrió Almirón frente a
Estudiantes, en La Plata. Aquel día, quien apenas jugó 35 minutos fue Iván
Pérez, que ayer no estuvo entre los suplentes.
El sopapo fue estruendoso, tan grande como
el que recibió, un día antes, Racing con Tigre. Justamente, el clásico de
Avellaneda volverá a jugarse, después de un año, el próximo domingo. El hincha
palpitó el partido con la Academia -entresemana viajará a Bahía Blanca, donde
visitará a Olimpo- antes de empezar el juego. Los goles de Vélez modificaron el
ánimo: hubo corridas y golpes en la popular, al costado de donde se ubica la
barra brava, a la que no se le aplica el derecho de
admisión.
Si Independiente imaginó que Vélez podría
relanzarlo, se equivocó. Se marchó mareado el equipo, el público y también el
técnico Almirón.
Pratto se quedó para hacer goles
Lucas Pratto protagonizó una de las novelas
del mercado de pases -era pretendido por River-, pero sigue en Vélez y responde
con fútbol, desequilibrio y goles. "Era importante ganar. Tenemos un trajín
difícil contra Boca, Racing... equipos que pelean arriba.Con la salida de Zárate
se nos fueron 14 goles, deberemos complementar esa cantidad entre los delanteros
que estamos", señaló.
"LA NACIÓN"
Domingos, de 22 a 24 hs, INDEPENDENTE DE AMERICA se emite por AM 1070 Radio El Mundo.- Con Eduardo González, Jorge Rizzo y Gastón Bevilaqua
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