27-12-2014 OLE
Gustavo Grabia Ggrabia@ole.com.ar
Independiente abrió la cancha para que pasara el cortejo fúnebre del Gallego Popey, el ex jefe de la barra asesinado. El cajón lo llevó el actual, Bebote Alvarez.
Cinco días después de dejar en claro los privilegios que ostenta en el club con el asado con partido incluido en el Libertadores de América, la barra brava del Rojo hizo ayer su segunda demostración de fuerza en menos de una semana: logró que le abrieran otra vez el estadio, para hacer pasar por allí el cuerpo de José Fabián Fernández, alias Gallego Popey, ex líder de la tribuna de Independiente entre 1989/92, asesinado por barras de la facción disidente de Lanús el miércoles. Y quien lideró el cortejo fúnebre fue Pablo Bebote Alvarez, actual líder de los violentos de Independiente. Increíble.
Si bien el Gallego era trabajador tercerizado del Rojo (trasladaba con su camioneta la ropa de utilería del plantel) e integraba como tesorero la Agrupación Independiente de Héctor Maldonado, que fue la plataforma para la llegada de Hugo Moyano a la presidencia del club, nada justifica lo sucedido ayer.
Olé intentó comunicarse con la cúpula de la Comisión Directiva pero ninguno quiso referirse al tema. “Si Bebote no estuviera en las imágenes llevando el cajón, quizá podríamos explicarlo. Pero así es imposible. Esta gente se está extralimitando y nos desafía permanentemente porque buscan un acuerdo que les de beneficios que varios no estamos dispuestos a convalidar. Habrá que sentar una posición sobre este tema a la brevedad”, le dijo pidiendo reserva de su identidad un altísimo dirigente del club a Olé .
Claro que nada de esto parece realizarse en forma improvisada. Bebote ganó tres subastas en la fiesta en La Rural que organizó el Rojo en noviembre, entre ellas donde se compulsaba por la camiseta autografiada del Kun Agüero. Si la dirigencia quería opacarlo, tranquilamente podía ofertar más dinero y dejarlo con las manos vacías. El asado del domingo pasado lo promocionó en su página web durante dos días. Parece improbable que en el club nadie estuviera al tanto. Lo mismo lo del cortejo fúnebre: al velatorio realizado en una casa de sepelios ubicada en Hipólito Yrigoyen al 4.400 fue mucha gente vinculada a la CD. Si no existe un pacto, se le parece bastante.
Fuera de esto, la causa judicial sigue su ritmo y ya son cuatro los detenidos por el crimen de Popey y tres son integrantes de la familia Soto, que lidera la facción disidente de la barra de Lanús: Gabriel Omar, su hijo Matías, apodado el Polaquito y Juan Manuel. También quedó preso Gabriel Alejandro Farías, que acompañaba a los Soto al momento del homicidio. Y si bien éstos alegan que fueron emboscados y dispararon en legítima defensa, la fiscal Ana Nicoletti y el juez de Garantías, Gabriel Vitale, no corroboraron esta versión y siguen investigando, ya que el testimonio de la familia del Gallego es diametralmente opuesto: dicen que los Soto fueron hasta su morada, los amenazaron y cuando Fernández salió a enfrentarlos sin armas, lo asesinaron. El caso, como narró Oléayer, mezcla barras y negocios barriales lindantes con lo ilegal. Y todos tienen protección política y policial.
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