Por el arquitecto Claudio Pezzi
Nos
acaban de presentar unas imágenes en maqueta electrónica (conocidos como
renders) del sector Bochini (Imagen 1). Ya conocemos hace unos días el
cronograma previsto para las obras de terminación del Libertadores de América,
y siguiendo la evolución de los trabajos, estimamos que el plazo fijado en el
20 de diciembre de este año es lo que conocemos en programación de obra como TIEMPO
OPTIMISTA (Tiempo mínimo para realizar una actividad, suponiendo que todo salga
perfectamente.) Esta estimación es poco
realista en la mayoría de los casos.
Por
lo tanto quiero rescatar las palabras del Arq. Fernández Dorado al poner esos
plazos como relativos en función de la cantidad de variables que pueden
aparecer cuando en una obra se abordan tantos ítems diferentes al mismo tiempo,
que se encadenan y sin que puedan superponerse. De cualquier manera, me
gustaría que se fuese más específico cuando se dice que hablamos de estadio
terminado. Inevitablemente surge la siguiente pregunta:
¿Se
considera estadio terminado a disponer el uso de todas las ubicaciones finalmente
previstas?
Sabemos
que llegar de conseguirse este objetivo (¿Importante? Claramente sí) no implica
que se llegue a la finalización total. Es un paso más.
Y
es en este punto que debemos marcar un hecho, que parece una formalidad, pero
no lo es. Nuevamente se llega a estas instancias a través de un proceso
licitatorio entre varios oferentes. Pero con una diferencia respecto de lo
ejecutado allá por marzo de 2015. En ese momento se nos comunicó que entre diez
empresas, de las cuales nunca conocimos los nombres ni las propuestas, la obra
fue adjudicada a la empresa EVA S.A. Hoy no conocemos siquiera cuál o cuáles
son las empresas que ganaron la o las licitaciones abiertas.
Conocemos,
y valoramos, el esfuerzo del grupo de profesionales que llevan adelante la
coordinación y supervisión de las tareas. Pero seguimos sin conocer si hay un
profesional que haya asumido el rol de Director de Obra como tal. Unico responsable
legal al cual debe responder por los resultados parciales y final.
¿Por
qué volvemos insistentemente a machacar sobre este punto? Todos estamos
ansiosos por palpar los avances hacia el objetivo final. Pero lamentablemente
el árbol vuelve a tapar el bosque. Y me refiero específicamente a un tema que
va quedando de nuevo en un segundo plano: el estado de las cabeceras populares,
sobre todo de la Tribuna Norte. Lamentablemente se fue postergando este tema,
tantas veces reclamado desde este espacio, en pos de avanzar sobre nuevos
sectores. Pero por más que se lo haya querido soslayar, y aun habiendo bajado
la capacidad de las tribunas, el problema sigue avanzando. Finalizo con una
imagen tomada a finales de 2015 donde se muestra el grado de deterioro al que
han llegado algunos de los paneles de la Tribuna Norte Baja
(Imagen 2) que sufrieron daños.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario