Publicada por Independiente el gran campeón!
CRISIS EN LA AFA
Miércoles 01 de junio de 2016 | 07:46
El ex presidente de Independiente, en cuya gestión el club descendió por primera vez en la historia, busca la ecuanimidad económica en el fútbol argentino; además, su análisis sobre los conflictos de la dirigencia moderna
Por Gustavo Ronzano | Para canchallena.com
Javier Cantero recordó su paso por Independiente. Foto: Archivo
Hay una voz que luchó contra los molinos de viento y perdió. Hoy, en medio de este mar revuelto que es el fútbol argentino, el expresidente de Independiente, Javier Cantero, afirma: "A la AFA le vendría bien una intervención corta. Se podría aprovechar ese lapso para confeccionar un nuevo Estatuto, con la transparencia necesaria sobre el reparto del dinero, la elección de los árbitros, la seguridad en los estadios, el tribunal de disciplina, etcétera. Y la posibilidad de que esa intervención esté a cargo de Graciela Ocaña me parece correctísima. Es muy capaz y honesta. Aunque en el ambiente del fútbol a los dos días la estarían acusando de ser hincha de San Lorenzo. Y ni hablar del machismo. Instituciones como Salvemos al Fútbol, Familiares de Víctimas por la Violencia en el Fútbol y el Foro Social del Deporte, entre otros, tendrían una interesantísima experiencia para aportar".
-¿En qué anda hoy, Javier?
-Trabajando mucho y disfrutando de mis cinco nietos que son un cable a tierra para mí. Yo soy consultor, vicepresidente de HYTSA, trabajamos mucho con el Estado y con empresas privadas desde hace muchos años, aquí y en otros países, casi siempre con fondos del BID, del Banco Mundial o de la Corporación Andina de Fomento, o a veces con fondos locales, y siempre en proyectos que tienen que ver con el medio ambiente; residuos sólidos, agua potable, alcantarillado, pluviales, puertos y vías navegables, ferrocarriles, transportes en general, vialidad, es decir que tenemos para entretenernos. Hay mucho trabajo en este sentido. Y bueno, tengo 58 años, ya me falta poco para la jubilación. No es algo que esté deseando, pero ya me estoy mentalizando para eso.
-¿Y qué significa Independiente para usted, a esta altura de su vida?
-Y, es el club del que siempre fui hincha, ¿no? Soy socio y lo sigo viendo por televisión. No voy a la cancha porque no quiero ser provocativo, generar malhumor, algún roce, y no quiero complicar a la actual Comisión Directiva. Lo veo por televisión, leo los diarios, y así sigo al equipo.
-¿Hoy es menos hincha de Independiente que antes?
-No, igual, igual, igual. Esto es algo que viene de nacimiento, que uno heredó de su papá. Ahora obviamente conozco un poco más, entonces como dice el tango Uno, no puedo "querer sin presentir". Y bueno, como uno estuvo del otro lado del mostrador, estuvo en los vestuarios, en las concentraciones o en las negociaciones con los jugadores, algunas cosas me las imagino. Antes no. Ahora tengo otra visión sobre todo eso.
-A dos años de haberse ido del club y con la mirada que aporta la distancia, ¿qué fue todo aquello? ¿Una película de terror? ¿Un pecado de ingenuidad?
-El tema de la violencia fue un desafío muy grande que asumí y no me arrepiento de nada. Creo que hice lo que tenía que hacer, los resultados obviamente fueron malos, pero para mí hubiese sido mucho peor si todo el mundo del fútbol que hace de comparsa de estas cosas diría que me fue bien. ¿Qué quiero decir con esto? Si decían que me fue bien con la barra quería decir que los violentos no me hicieron ningún problema, que yo les pagaba, es decir que hubiese incumplido mis promesas electorales.
-"Fracasé porque lo intenté", dijo alguna vez.
-Sí, exactamente. Y es difícil, no sólo intentarlo sabiendo los problemas que va a tener uno, sino cuando los está teniendo los problemas, no doblarse. Porque bueno, muchos decían, "no vas a poder", "arreglemos", "arreglá". Incluso periodistas que respeto mucho me dijeron, "¿pero no le parece que no tendría que haberse metido con la barra de entrada?" Cuando parecía que el tema de la violencia estaba tranquilo en muchos clubes, no era así. En realidad era que estaba apagado. Desgraciadamente heredamos una muy mala situación. Yo asumí todas las responsabilidades; pero todas, eh. Pero es verdad que yo tenía tres campeonatos anteriores muy malos, en los que se habían sumado pocos puntos, y el gran fracaso en lo deportivo fue que no pudimos solucionar ese inconveniente tan grave para una institución tan grande.
Mira a los ojos, mueve los brazos, pone énfasis hasta en los silencios durante la hora y cuarto de charla en el café del hotel Panamericano, a metros de su oficina.
La imagen que Cantero usa en su Whatsapp fue publicada en canchallena.com. Foto: Sebastián Domenech
-Como imagen del WhatsApp tiene una caricatura suya representando al Quijote, con el escudo de Independiente. ¿Es la síntesis de su lucha contra los barras?
-Y, me guste o no, es lo que me identifica. Fue algo quijotesco aquello. Y este años que se conmemora el cuarto centenario de la muerte de Cervantes, prefiero que me digan eso a que me digan otras cosas, o que me asocien con algún ladrón famoso por ejemplo.
-Usted contó que una vez el dirigente de Boca Juan Carlos Crespi le dijo "yo te puedo enseñar cómo se maneja la barra, esto es para hombres". ¿Sigue en contacto con el mundo del fútbol?
-Sí. Yo tengo una buena relación con el ex presidente de Estudiantes, Enrique Lombardi, una persona a la que respeto mucho. Una persona de bien. Me he cruzado con José Lemme, somos vecinos. Con Crespi no volví a hablar, ese cruce que tuve con él fue el más fuerte de todos, sí hablé con Lerche. No tengo problema en hablar con ellos. El problema es. Hay una gran discusión sobre quiénes son los responsables en solucionar el tema de la violencia. Entonces, hay tres posturas en general. Una dice que es el Estado, otra que son los dirigentes y otra, en la cual yo me incluyo, que sostiene que es un poco de todo, ¿no? El derecho de admisión, ya sea en un boliche o en un estadio de fútbol, lo pone el dueño de casa. Es responsabilidad nuestra. Ahora, claro, tenemos que tener protección. Y a veces eso nos hace sentir débiles. A veces nos tocan donde más nos duele, a un hijo, a la esposa. Ahí el Estado tiene un rol fundamental. Por eso el libro que escribí se llama "Contra el sistema". Porque hay un sistema armado de protección de esos violentos. Si es adrede, no lo sé. Pero está armado de esa manera. Y es muy difícil desatarse de eso. Yo me encontré con gente de la política, de distintos partidos, que me ayudó mucho. Tuve avances y retrocesos. Un retroceso fue, me acuerdo, cuando fuimos a la Casa Rosada y se habló de los muchachos de los paravalanchas. Yo creo que en aquel momento la entonces presidenta no era una mujer de fútbol y entonces alguien le pasó un texto que no era el acorde para esa situación.
-Fue dos años y medio presidente de Independiente y dejó el club en abrir de 2014. ¿Dos años después cómo ve al fútbol argentino en general?
-Y, el fallecimiento de Grondona hizo que ese sistema del que hablaba recién, empezara a cambiar. Al menos, que podamos empezar a recorrer un camino. Yo soy de los que piensan que los clubes tienen que ser de los socios, no me gusta que sean sociedades anónimas. Y el otro tema es la distribución del dinero en el fútbol, ¿no? Es muy polémico lo que voy a decir, pero lo pienso desde siempre: yo digo que del reparto de la televisación deberían recibir todos el mismo dinero. ¡Todos!
-¿Justo en este momento, con la Liga Profesional en medio del debate?
- Si esa Súper Liga nos trae un sistema de mayores ingresos, mejores controles, mayor transparencia, profesionalismo en toda su estructura, me parece bárbaro. Pero me dolería mucho que la Liga sólo sirviera para agrandar la brecha entre los grandes y los chicos. Porque en el fútbol de España, por ejemplo, todo el mundo ve al Barcelona, al Real Madrid, al Atlético de Madrid y al Valencia, que son los que más dinero embolsan. Algo de deporte hay que dejar. Porque si no, esos pocos van a tener siempre los mejores jugadores, van a salir campeones, ¿y cuál es el rol que cumple el Getafe? El de acompañar para que Messi les gambetee a todos, les haga un golazo y quede en la historia. Eso no va. Ya los clubes grandes tienen la venta de camisetas, el merchandising, la cantidad de socios, la recaudación por venta de entradas, es decir un poderío económico. Ya ahí tienen una ventaja. Si además el Estado va a repartir el dinero en forma diferenciada, y bueno, es una pelea entre pesos pesado y pesos mosca. Obviamente va a ganar el más grande. ¿Y cuál es el mérito de ganarle por nocaut a un peso mosca? Ninguno. Es mi modo de pensar, yo sé que es polémico pero es como yo lo veo.
-Pero Javier, sinceramente, ¿imagina a los dirigentes de los clubes grandes aceptando la misma porción de la torta que todos los clubes de Primera?
-No sé, yo le doy mi opinión. Y me gusta discutir conceptos más que personas. Si no, me parece desmadrado, injusto. Algo hay que hacer en ese sentido porque si no un día de estos les van a hacer los arcos más grandes a los equipos chicos. Bah, de alguna manera se los están haciendo más grandes ya.. Sí estoy de acuerdo en que los clubes tengan un premio por mérito deportivo.
- ¿A la hora de la autocrítica por dónde empieza?
- Yo dije: "¿Y si tratamos de hacer todo lo contrario que hizo River?" Con mucho respeto por River, pero lo dije como un ejercicio. Y si Passarella se había peleado con Grondona y River había descendido, decidimos que no había que pelearse con Grondona. Y de hecho no me peleé. River había puesto muchos chicos, a los que por ahí les quemaban las piernas en los momentos clave. Nosotros trajimos jugadores grandes, ganadores, y fueron todos fracasos nuestros esos. Yo sé lo que sufrieron ellos y con varios hoy me sigo hablando. Pero bueno, fracasamos. Se dice que los clubes grandes son como los camiones pesados, que cuando están en el barro y más aceleran, más se hunden. Quizás nos pasó eso.
-¿Se le ocurre volver a hacer política en el fútbol?
-Para nada. Se decía cuando estaba en el club, al principio, que yo quería ser diputado, senador, intendente. Nada que ver. Cumplí un rol y punto. No es que no me interesa la política. Me interesa, leo mucho, tengo ideología, pero no participar. Creo que me desgasté mucho con lo que pasó en el club, puse la cara, cuando vinieron los sillazos y los escupitajos me quedé.
-¿Cuál fue el peor momento, cuando fueron una noche 200 barras y le rodearon la casa?
-No, el descenso. Ese fue el peor momento de todos. Porque es algo histórico. Si a mí me hubiesen mandado al hospital, la hubiese pasado muy mal pero no hubiera quedado en la historia eso. El descenso pasó a la historia y la foto mía de ese momento no me la quita nadie. Aparte fue el comienzo de todo el mal. Porque tenía un acuerdo, había estado todo un año pagándole a la AFA y le dije a Grondona, "bueno, ahora, de lo que me tenés que dar descontate algo y dame la diferencia". Pero cuando descendimos no me dio absolutamente nada y no nos podíamos sostener. Por eso creo que el descenso fue la madre que parió a todos los males.
Javier Cantero recordó su paso por Independiente. Foto: Archivo
-¿Pero fue el comienzo del mal o más bien fue la consecuencia de aquella cruzada contra la barra?
-Eso es lo que piensa mucha gente, pero a mí no me consta. Y yo cuando le digo cosas, son cosas que me constan. ¿Allanaron mi casa? Sí. ¿Vino la barra? Sí. ¿Me escupieron, me tiraron las sillas encima? Sí. Es decir, hay cosas que se deciden en donde yo no estoy presente. Entonces no tengo idea. ¿Para qué me voy a enroscar en eso?
- ¿Cómo ve a Moyano y a esta conducción de Independiente?
- No conozco los detalles. Una cosa que no hice, que fue vender la publicidad en la camiseta para que pudieran hacerlo ellos, lo hicieron. Cobraron un dinero por adelantado y con eso están terminando la cancha, sé que están avanzando con eso. Sé que los sueldos están al día. Como yo había estado durante dos años, ¿no? Y sin recibir todo eso. Y bueno, me alegro que los melones, como se dice, se vayan acomodando.
-Alguna vez dijo que no coincidía con el modelo sindical que representa Moyano.
-Sí, yo creo que Alfonsín perdió una oportunidad histórica desgraciadamente, por un voto en contra que tuvo, que fue de Sapag, y no pudieron cambiar la ley de asociaciones profesionales para que los sindicatos tuvieran otro tipo de manejo. Es decir, cuando uno ve que en un sindicato se quedan muchos años, se relacionan mucho con los sistemas económicos. Era una situación histórica porque iba a permitir también la participación de las minorías en los sindicatos. Hubiese sido un soplo de aire fresco, pero bueno. Yo lo quise hacer también en Independiente eso, pero no llegamos.
No creo que haya un sector que sea el más sano. Ni los jugadores ni los técnicos ni los hinchas. Los hinchas me gritaban que fuera a arreglar con los árbitros.
-¿Qué sintió cuando vio el otro día que pasearon el féretro de un barra por la cancha del club?
-No puedo agregar mucho más de lo que todos saben que pienso. Mientras fui presidente no permitíamos el ingreso al estadio y a ningún predio de los supuestos jefes. Y de los que me encerraron en mi oficina, tampoco. Obviamente no lo hubiera permitido, pero quizás entraron por la fuerza.
-¿Cuál fue la primera sensación que tuvo cuando vio el 38-38 en la elección de los 75 asambleístas para el nuevo presidente de AFA?
- Me agarré la cabeza, no lo podía creer.
-¿Llegaremos a ver un fútbol argentino sin violencia, sin barrabravas?
-Mire, recién le hablaba del sistema. Y el problema va mucho más allá. Supongamos que sacamos a los violentos del fútbol. ¿Adónde van? A desarmaderos de autos, a la venta de droga, a secuestros, a lo que fuera. La sociedad seguiría teniendo un problema de violencia muy grande. Es como el que limpia la casa y tira la basura afuera. Por ahí tiene la casa limpia, pero después tiene que salir a la calle, eh. Ahora, no me queda duda que si nosotros, que no teníamos poder económico ni poder político, estuvimos aplicando el derecho de admisión dos años y medio, eso se puede hacer. Pero, si después los políticos usan a los barras como guardaespaldas o choferes o lo que fuera, entonces no les echemos la culpa sólo a los barras. Parezco ahora, a la inversa, defensor de los barrabravas. Pero el tema va mucho más allá de los violentos en sí.
-Hay una vieja frase que dice que el jugador es lo más sano que tiene el fútbol. ¿Coincide?
-Yo no la creo. No creo que haya un sector que sea el más sano. Ni los jugadores ni los técnicos ni los hinchas. Los hinchas me gritaban que fuera a arreglar con los árbitros. Sano, sano, en el ambiente, me cuesta encontrar un sector.
CANTERO Y OYARBIDE: "LA RELACIÓN CON LA JUSTICIA FUE LO PEOR QUE ME PASÓ"
En el paquete de sus luchas, Cantero también guarda un sabor amargo respecto de la Justicia y en particular de Norberto Oyarbide, quien en 2013 lo citó a indagatoria por lavado y defraudación. "La relación con la Justica -dice- fue lo peor que me pasó. Porque si los muchachos de la barra brava cometieron delito, tienen que ir presos; si no, no. Pero la Justicia tiene la obligación de representarnos a todos, justamente de impartir justicia. Y desgraciadamente no lo ha hecho. Yo me encontré con algunos personajes. Tengo dos extremos. Me encontré por un lado con Rubén Baca, por ejemplo, que era juez correccional de Lomas de Zamora, ¡correccional! Ni siquiera penal. Y por las bombas que le tiraron al arquero de Belgrano les dio a dos barras 30 días de arresto, el máximo que les podía dar. Me pareció admirable. Y en poco tiempo lo hizo. Y por el otro lado, uno se encuentra con jueces a los que les lleva todas las pruebas y no mueven nunca una causa. O con Oyarbide, que se inmiscuía en temas de fútbol de una manera muy discutible. Y bueno, cuando falla la Justicia para mí empieza a resquebrajarse el sistema republicano. Oyarbide me allanó mi casa. Estaba con mi mujer y mi hija. No me olvido más de eso..."
gr/jp.
"CANCHA LLENA"; "LA NACIÓN"
-------
No hay comentarios.:
Publicar un comentario