Por el arquitecto Claudio Pezzi
"Pasan los días y sinceramente no entiendo por qué algunos siguen usando chicanas dialécticas en lugar de aceptar el debate.
¿Serán las nuevas (viejas) reglas del juego? Tal vez, porque pareciera que no hay argumentos a contraponer. Entonces se deriva el tema hacia otras cuestiones que nada aportan al nudo de la cuestión. Me acostumbré a que desde la aparición de mi primera nota allá por septiembre de 2014 esto haya sido así. Al principio, según algunos, mis apreciaciones eran inválidas porque para ese entonces provenían de un “canterista dolido”.
Hoy, a exactamente un mes, nos presentan esta imagen.
No soy quién para juzgar a aquellos que desde la buena fe pueden llegar a aceptar que el Libertadores de América estará “finalizado” y “el sueño se hace realidad” a fin de este año (entendiéndose que el techado queda fuera de esta consideración, ya que así fue aclarado desde un principio por las autoridades del Club). Cada quien está en todo su derecho a evaluar y concluir sobre la escasa información que se brinda por diferentes vías, siendo libre de tomar posición al respecto.
Lo que sí quiero marcar es: Jamás voy a estar de acuerdo en que las imágenes sean exclusividad de una única página web privada y comercial. Como socio seguiré reclamando que sólo desde los medios oficiales sean las voces técnicamente autorizadas las que comuniquen todo lo relacionado al avance del estadio.
Pero vayamos a lo IMPORTANTE y ALTAMENTE RESCATABLE.
En mi opinión es muy saludable que las autoridades hayan hecho un sincero reconocimiento de la situación al aceptar que organizar para el 20 de diciembre una “gran fiesta contra un equipo extranjero de renombre” (tal como se decía sólo dos meses atrás) sería algo fuera de la realidad.
Celebro entonces que se haya optado sólo por una PRESENTACION FORMAL DE LO EJECUTADO HASTA EL MOMENTO, antes del último partido de local a jugarse este año. Allí estaré, como siempre. Y vaya fundamentalmente mi reconocimiento al enorme esfuerzo de esta Comisión Directiva por lo hecho hasta acá, por haber remontado una obra paralizada durante casi seis años, darle continuidad y por ponerse como objetivo la finalización de lo que alguna vez alguien tan bien definió como “la obra eterna”.
Ya tendremos tiempo de seguir analizando la evolución de lo mucho que quedará por hacer a través de conceptos meramente técnicos, como siempre dando mi punto de vista profesional sobre los avances y las decisiones que se tomen.
De la política que se encarguen los políticos. Y como yo no lo soy, no voy a subirme a ese carro.
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