Por Santiago Martella para Toda Pasión (TN)
Después de diez años, el Rojo tendrá por fin su cancha completa con la inauguración de la tribuna Bochini baja y de la Garganta 3, que se construyeron en dos años. Y ahora van por el techo.
El 8 de diciembre de 2006, Independiente perdía 2-1 con Gimnasia y Esgrima de Jujuy como local, pero la nota saliente era la despedida. No de un jugador, sino de un emblema gigante en su historia como la Doble Visera de cemento, que se inauguró en 1928 y fue el primer estadio completamente de cemento de América Latina. Pero su fisonomía era vieja, y pese a que por allí habían pasado las más grandes glorias del club la renovación era necesaria.
El 29 de octubre de 2009, el Rojo inauguró su nuevo estadio -el Libertadores de América- ganándole 3-2 a Colón. Pero le faltaba una parte por finalizar, un costado y dos gargantas. Y así estuvo durante largo tiempo, hasta que asumió Hugo Moyano como presidente. Uno de los ejes de su campaña fue terminar la cancha, y así lo hizo: en dos años y medio, el dirigente y su equipo de trabajo completaron las obras. Que se estrenarán este 17 de diciembre ante Banfield.
Pablo Moyano fue uno de los encargados de que el proyecto se concretara. Y con él estuvo Toda Pasión en la cancha horas antes de su reapertura completa, compartiendo su emoción por lo conseguido.
“Se termina el sueño de tantos hinchas de Independiente. Veníamos a ver los partidos y era deprimente tener un estadio así. Luego de dos años de trabajo, quedó hermoso. Se agregaron 3600 plateas en la tribuna Bochini baja, la Garganta 3 se hizo nueva (donde entran 800 socios), más 92 palcos con 1200 butacas y 22 cabinas de transmisión”, relata Moyano sobre los asientos que elevarán a 49 mil localidades la capacidad del LDA.
A la hora de hablar de los costos, el vocal de Independiente resaltó que “se buscaron sponsors para abaratarlos, sobre todo pensando que en el último año hubo 40% de inflación. Pero lo que puso el club fue muy poco. Todo se donó, y eso te demuestra que empresas multinacionales confían en la gestión de una persona como Moyano. En el próximo balance van a salir los números finitos, pero no hipotecamos el club. Que se queden tranquilos los hinchas que no dimos cheques que no se van a cobrar ni nada. El estadio está terminado y pago al 100%. Y en la deuda no afecta para nada. Más si tenemos en cuenta que en los próximos días se van a poner en venta 92 palcos y casi cinco mil abonos de plateas”.
Pablo rememora cómo fue el proceso desde que empezó todo y que desemboca en este sábado: “Veníamos de lo peor que le pasó a Independiente, con un descenso y un club quebrado, con embargos, juicios, los empleados no cobraban los sueldos, los jugadores no querían venir porque no cobraban, los predios de infantiles devastados, sin ropa ni elementos para entrenar… en dos años se lograron levantar muchísimas deudas y arreglar los predios. Ahora terminamos el estadio”.
Pero todos saben que estos logros se deben acompañar con un título: “Yo soy hincha antes que dirigente, y la ansiedad de ganar algo la tenemos todos -avisó Moyano-. Con un club ordenado, lo éxitos vienen solos. La impaciencia la tenemos todos pero ya van a llegar. Sí hay que decirles a los hinchas que se queden tranquilos, que Moyano no va a quebrar el club, no lo va a mandar a la B, terminó el estadio y a la larga se va a dar el éxito deportivo”.
Vale destacar que, durante la gestión Moyano, remodelar la parte edilicia del club fue una de las prioridades. “En las sedes se renovó todo -asevera el hijo del Presidente-, la desidia que se encontró era total. La sede de Boyacá estaba a punto de rematarse, al gimnasio Bottaro hacía 50 años que sólo se lo pintaba. En febrero se va inaugurar un gimnasio de primer nivel, todo para que tengamos el club que nos merecemos. El Rey de Copas no podía estar en la situación de abandono que tenía. Dos años después le volvemos a hacer honor al apodo de Orgullo Nacional”.
Por su parte, otro que se muestra muy orgulloso y satisfecho con el trabajo es Ezequiel Fernández Dorado, arquitecto a cargo del proyecto. “Fueron dos años de mucho trabajo, primero para remontar una obra parada ocho años, sin documentación y sin muchas cosas. Fue un esfuerzo muy grande de mucha gente, de Hugo, de Pablo, que llega a su fin cumpliendo el plazo”, destacó con felicidad.
Y luego habló de los detalles que tendrá esta nueva tribuna: “Por sus terminaciones, la parte sanitaria tiene un desarrollo que va más allá de un estadio de fútbol, hay iluminación de LED en los pasillos y accesos, electrónica de red en las cabinas, un wifi para los palcos y otro para la prensa. Las nuevas gargantas tienen dos ascensores cada una y vamos a tener diez en total; creo que debe ser el único con tantos en el país. Técnicamente, todo fue desarrollado con la mejor calidad, saliendo de lo que es un estadio”.
Además, Fernández Dorado asegura que “es un estadio de fisonomía única en el país, muy europeo, que desde siempre se hizo para estar dentro de las normas de la FIFA, y está apto para recibir otros deportes y también recitales. Hay siete accesos nuevos con portones de cinco metros y por fin recuperamos los tres anillos, lo que hace que la cancha sea recorrible al 100% en tres niveles distintos”.
Para cerrar, reveló algunos detalles sobre el famoso techo: “Es un anhelo del Presidente. En base a eso, empezamos a trabajar con un estudio alemán, que hizo casi todos los techos de las canchas del Mundial de Brasil y de más de 30 estadios en el mundo. Estamos en pleno desarrollo con una nueva tecnología de techado. Había un proyecto anterior pero hoy hay otros tipos de techos, otros materiales. Tenemos varios bocetos, pero probablemente respetaremos el estilo inglé cuadrado, que cubriría todas las tribunas pero no el campo de juego. No hay que poner plazos porque va a llevar tiempo, pero el techo será una realidad”. Mientras tanto, los hinchas del Rojo podrán disfrutar de su estadio como se merecen.
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