Inexplicablemente el mediocre árbitro uruguayo Leodán González, no expulsó al jugador local Caballero que, a ojos de todo el estadio (menos del árbitro) fracturó la nariz del zaguero Amorebieta de un salvaje y criminal codazo vengativo.-
La nota corresponde a la edición de Clarín de hoy 26-10-17.-
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