“Me la vi complicada, pero el equipo se rebeló”
Independiente es de PrimeraEl día después del ascenso el DT admitió las dificultades para llegar al objetivo. Dijo que siente “alegría y alivio”.
- CLARIN 13-6-14
El día después del ascenso no fue un día común y corriente en la vida de Omar De Felippe, el técnico que puso de nuevo a Independiente en Primera. El día después se levantó un poco más tarde de lo normal, porque la noche anterior se quedó hasta la madrugada en una cena íntima junto al plantel y a sus respectivas familias. Fue una noche de celebración. Y el día después, también. Porque su celular acumuló centenas de llamados y de mensajes de felicitaciones de gente del fútbol que lo quiere y lo respeta. Porque su hija Bianca, de 5 añitos, no quiso ir al colegio para aprovechar a su papá en casa, algo que la agotadora temporada del Nacional le privó durante mucho tiempo.
De Felippe llegó al encuentro con Clarín, en un bar de Caballito a metros de su casa, caminando. Más bien rengueando por ese problema que lo aqueja desde hace rato en la cadera (se opera el lunes). Encapuchado por la persistente lluvia. Se sentó, pidió una lágrima y, vaya ironía, con la sonrisa de la tarea cumplida arrancó la charla.
-Ya pasó, ya está. ¿Pensaste que iba a ser tan duro?
-No. Desde que llegamos fue una piedra tras otra, un montón de cosas nos pasaron. No le echo la culpa a nadie. Agarramos el equipo mal anímicamente y nuestro arranque no fue bueno. Después logramos enderezar el rumbo. Había que resolver sobre la marcha. Ahora siento alegría y alivio.
-¿Qué cambió de la última parte de la primera ronda a la segunda?
-No voy a poner excusas, pero no me gustó para nada la pretemporada. Tuvimos un montón de viajes, partidos en el medio que yo no quería hacer pero que al club le ingresaba un dinero extra... La estadía en Córdoba fue muy mala. Sufrimos muchísimo el calor. La situación económica a veces te obliga a hacer cosas que no querés. También, hubo dos equipos que no aflojaron. Que se cortaron y que dejaron a un pelotón de ocho equipos luchando por un solo lugar. Eso complicó aún más las cosas. Generó más presiones.
-¿Contra Huracán jugaste cómo querías o como debías?
-En los últimos partidos fuimos armando el equipo según cómo estaba cada uno. Como veníamos nosotros y como venía Huracán, si no lo jugábamos como lo jugamos, lo perdíamos. No estábamos para el golpe por golpe. Ya no importaba jugar bien o como a mí me gusta. Había que buscar la manera de quebrar a Huracán, que venía bien. Analizamos el contexto y planificamos un partido simple, con mucha entrega y nos salió redondo.
-¿Faltando 10 minutos con Patronato buscaste ir al desempate?
-El cuarto de hora final con Patronato perdimos la cabeza. Si nos embocan alguna de las contras que tuvieron, no jugábamos ninguna final. Estábamos más para perderlo que para ganarlo... Lo sentí así.
-¿Pensaste que no ascendían?
-En un momento me la vi complicada. El punto de inflexión fue con Douglas. El equipo se rebeló.
-¿Es cierto que renunciaste después de la derrota ante Huracán?
-Los reuní a los muchachos y les dije que si era yo el problema, me iba. Se juntaron los más grandes y nos pidieron que nos quedáramos para sacar esto adelante todos juntos.
-Huracán se quejó de Diego Ceballos por el gol mal anulado...
-En esta sociedad, si no te quejás quedás como un tarado. A Ceballos lo felicité después del partido y le pedí disculpas por lo que había dicho de él antes, pero yo sentí que tenía que decirlo.
-¿La barra apretó al plantel el martes en el hotel?
-Ya está, no pasa nada. Lo importa es que los jugadores llegaron enteros. La meta era que fueran talibanes contra Huracán.
De Felippe hace una pausa para las fotos. Mientras tanto, sigue hablando. Ahora del futuro. “Mi idea es continuar, pero la prioridad es resolver los problemas del club para resurgir. Estoy a disposición de los dirigentes. Le dije al presidente Keblaitis que hay que volver a trabajar a partir del 26. Hay elecciones el 6 de julio y es todo tan raro, que todavía no podemos planificar la pretemporada”, explicó.
-¿Para jugar en Primera el equipo tiene que cambiar mucho?
-Se necesitan cambios, sí. Hay una realidad: se vencen como 12 contratos. Tampoco hay que amontonar chicos. Sí hay que subir algunos sabiendo cuál es su rol en el grupo. También hay otros que vuelven. Hay que ver. Es todo un tema.
Don Omar se despide, pero se queda sacándose fotos con hinchas que lo cruzan en la calle. El día después del ascenso no es como cualquier otro, está claro.
Los problemas del club y el pedido de unión
“El club está muy mal. Muy mal. Y cuando estábamos en competencia todos los problemas de Independiente llegaban al vestuario y todo lo tenía que solucionar el jugador. Fue real cuando decíamos que nos sentíamos solos. Y no es hablar mal de nadie, es decir lo que estaba sucediendo. Yo les pedía a los muchachos tranquilidad, pero todos los quilombos llegaban...”. A De Felippe le encanta hablar de fútbol, pero no se escapa cuando la conversación toca los serios problemas institucionales de Independiente. Y hasta pregona la unidad política de cara a las elecciones.
-¿La salida de Cantero sirvió para descomprimir todo eso?
-Hablábamos mucho con Javier. En un momento le dije: “Fijate lo que hacés porque en esto se te va la vida”. Recibía muchas presiones y hay veces, si no estás claro te tenés que ir porque las cosas se te van de las manos. Cuando yo salí a decir que el club era un quilombo no era para Cantero; era para todo el mundo Independiente, con los hinchas incluidos. Había que estar juntos y sacar esto adelante.
-¿El aporte económico de la Agrupación Independiente y allegados ayudó al ánimo del plantel?
-Fue un aporte importante de los que llegaron, pero no por la plata. Nosotros estábamos necesitando un respaldo, que los chicos empezaran a ver gente cerca de ellos. La deuda sigue. Se debe mucha plata, pero los muchachos salieron igual. Se necesitaba un orden.
-¿Y ese orden se logró?
-Esta gente vino a apoyarnos y lo hicieron muy bien. Ahora será trascendental lo que decidan ellos y todos los dirigentes de Independiente. Ya no es más tiempo de diferencias; ahora es tiempo de unión. Yo no entiendo nada de la política del club, pero si no se juntan y van por un mismo objetivo, va a ser muy complicado. Lo más importante es ordenar el club.
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