Luciano Olivera, reconocido hincha de Independiente y autor del libro "Aspirinas y caramelos", estuvo en Emoción Roja aportando su punto de vista. "Me gusta que la final sea el clásico, si lo perdemos será más grave, pero si ganamos será un sabor mayor.- Es un partido que nos gusta mucho jugar y tenemos la historia a favor.- Yo me alegré anoche por la victoria de Rácing, fue una buena noticia para Independiente.-
Cuando llegó Pellegrino, me pareció que estaba bien. Nunca tuve esa visión de extradefensivo, es un tipo con mirada europea y pensamiento moderno y me parece bien. La remontada fue grande y hay que reconocérselo mucho.- Ahora, tenemos una deuda, porque la verdad que cada vez que tuvimos que ganar o ganar para pasar de fase perdimos, como contra Lanús o los colombianos.-
Este es un rival de mucho peso en nuestra historia y me parece que tiene todo el equipo para tomárselo como una revancha personal o grupal.- Pellegrino me sorprendió gratamente. Tiene un equipo ordenado.- Venimos de una experiencia con Almirón que no me gustaba, que un partido se floreaba y en otro caminaba sin rumbo. Este no, lo veo ordenado, es un equipo que no lo superan ampliamente, que no lo bailan, puede ganar o perder pero es ordenado.-
"Aspirinas y caramelos" me dejó un cariño enorme. Lo escribí como una catarsis personal, el día del 0-0 contra Estudiantes, cuando sentí que nos ibamos al descenso. Pasamos por ese infierno y volvimos, probablemente salimos fortalecidos, pero como cualquier hincha sentí que era muy grave y lo puse en esa carta, y recibí cataratas de cariños, cosas insólitas y divinas.- Todos tenemos padres, todos somos o seremos padres, sentimos una cuestión de paternidad vinculada al fútbol, y cuando un padre se va tenemos un vacío y un duelo, y en esa carta representé ese vacío por el cual pasamos todos y nos conecta a todos, no importa el club.- Inclusive, gente de Rácing, lejos de tomarse a mal este chiste de aspirinas o caramelos, me hizo llegar su afecto.-
Siempre quiero colaborar en Independiente.- No me imagino una tarea profesional, pero es el club de mis amores y quiero que le vaya bien, no importa a quien le toque conducirlo.- Todas las conducciones, de todos los colores, tienen en mi un aliado y cuando necesiten estaré.-
Mi viejo nació en el 27 y era de paladar negro.- Vivió un Independiente muy de galera y bastón y se le llenaban los ojos de lágrimas.- Vió a los Bochini, Burruchaga y Marangoni y se le llenaban los ojos.- Pero le quedó mucho el Independiente de finales de los 60 y comienzos de 70, que se floreaba con Bernao pero se tiraba a los pies con Pancho Sá. Disfrutó mucho de esas Libertadores. Mi viejo no era un lírico, putearía por un pase mal dado, pero entendería si hay que salir con un pelotazo porque la mano viene brava.
La historia de los estadios influye en el rendimiento de los jugadores en los momentos decisivos.- El Libertadores de América recién ahora está adquiriendo carácter de fortaleza, dar al equipo sensación de que puede ir mejor que afuera.- La doble visera tenía un peso enorme, estar ahí cuando salía el equipo a la cancha, ver la historia de que era el primer estadio serio del fútbol, la cantidad de partidos memorables, toda esa historia te conectaba a tu propia inmensidad.- Por eso creo que el LDA que es un estadio nuevo, recién está empezando a construir este camino, faltan vueltas olímpicas o situaciones épicas, que la doble visera las tuvo a montones.-
"Aspirinas y caramelos" cuenta anécdotas e historias de mi infancia que pueden serle comunes a cualquiera. Puede llegar a pasar eso, que te identifiques.- Como hincha de Independiente, cada cuatro páginas te encontrarás con cosas que te conectan con el club, como Bochini, Bertoni, la visera, Boneco y más.- Pero le gustaría a cualquiera."
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