Independiente fue un Diablo sin alma
Para ninguno de los dos. Martín Zapata y Braian Alemán disputan una pelota que no tiene un destino cierto. En general, la manejó más Unión.
Independiente apenas se trajo un punto sin goles de Santa Fe y hoy deberá rezar para que Instituto ( tiene 48 puntos, uno menos que el conjunto de Omar De Felippe) no le gane esta tarde a Sarmiento en Junín y así seguir en el tercer puesto de ascenso.
Unión mereció ganar, sobre todo por lo hecho en el segundo tiempo de un partido con casi nada de fútbol. Será por eso que el aire que se respiraba en el vestuario visitante luego del 0- 0 era de un falso conformismo. Por primera vez desde que llegó a ocupar los puestos de privilegio en la tabla de la B Nacional a fines de 2013, en la última fecha de la primera rueda, el Rojo puso en juego su lugar en el podio. Y fue por propias pobrezas. Por haber estado ocho fechas sin ganar. Y porque en la calurosa tarde santafesina, no sólo no pudo ratificar la goleada del fin de semana pasado ante Talleres de Córdoba (un 3 a 0 que calmó los ánimos y encendió la ilusión), si no que dio varios pasos para atrás en su nivel de juego.
Más allá de un primer tiempo en el que insinuó más de lo que realmente generó en el área rival, Independiente, a lo largo de los 90 minutos fue superado por Unión. De hecho, en el complemento ni se aproximó al arco de enfrente.
Y si no se fue con una derrota a Buenos Aires fue por tres razones:
1) La falta de fineza a la hora de definir de los delanteros del local.
2) El error del segundo asistente de Saúl Laverni, Mariano Altavista, que anuló mal un gol del ingresado Diego García por una posición adelantada inexistente de Sebastián Palacios en la jugada previa. Y 3) Por Diego Rodríguez. Sí, el arquero que otra vez puso sus guantes salvadores, ayer en el final, para sacar un remate complicado de Palacios.
A pesar de quererlo, nunca logró ser el verdadero protagonista del encuentro el conjunto dirigido por Omar De Felippe. Ni siquiera cuando tuvo algunas aproximaciones de Facundo Parra, ambas contenidas sin mayores esfuerzos por Matías Castro. Ni tampoco por esa chilena de Hernán Fredes que tuvo más de espectacular que de potencia.
No tuvo la pelota el visitante, principalmente porque del que más se espera, menos se vio. Daniel Montenegro vivió una tardecita para el olvido y encima tuvo que salir lesionado en su tobillo derecho. Tampoco lo ayudaron sus compañeros de campo, es cierto. Y así, cuando Unión se percató de que el que tenía adelante no era el Independiente de otros tiempos, se animó y le ganó la posesión en la mitad de la cancha.
Una pifia increíble de Brahian Alemán con el arco de frente fue la primera de unas cuantas situaciones de gol que creó el equipo de Leonardo Madelón.
Palacios, incansable en todo momento, se lo perdió tras un buen desborde por izquierda de Nicolás Bertochi, quien ya había probado desde afuera sin suerte. Fue Palacios también el que hizo estirarse a Cristian Tula para evitar la caída de su arco y mandar la pelota al tiro de esquina. Y fue el Rusito Rodríguez el que estuvo atento para sacar por arriba un centro de Luciano Vella que salió al arco y casi se mete en el ángulo.
El punto repartido en Santa Fe fue mucho premio para Independiente y poco consuelo para el local, que buscaba acortar distancias con los puestos de vanguardia y no pudo conseguirlo.
Independiente apenas se trajo un punto sin goles de Santa Fe y hoy deberá rezar para que Instituto ( tiene 48 puntos, uno menos que el conjunto de Omar De Felippe) no le gane esta tarde a Sarmiento en Junín y así seguir en el tercer puesto de ascenso.
Unión mereció ganar, sobre todo por lo hecho en el segundo tiempo de un partido con casi nada de fútbol. Será por eso que el aire que se respiraba en el vestuario visitante luego del 0- 0 era de un falso conformismo. Por primera vez desde que llegó a ocupar los puestos de privilegio en la tabla de la B Nacional a fines de 2013, en la última fecha de la primera rueda, el Rojo puso en juego su lugar en el podio. Y fue por propias pobrezas. Por haber estado ocho fechas sin ganar. Y porque en la calurosa tarde santafesina, no sólo no pudo ratificar la goleada del fin de semana pasado ante Talleres de Córdoba (un 3 a 0 que calmó los ánimos y encendió la ilusión), si no que dio varios pasos para atrás en su nivel de juego.
Más allá de un primer tiempo en el que insinuó más de lo que realmente generó en el área rival, Independiente, a lo largo de los 90 minutos fue superado por Unión. De hecho, en el complemento ni se aproximó al arco de enfrente.
Y si no se fue con una derrota a Buenos Aires fue por tres razones:
1) La falta de fineza a la hora de definir de los delanteros del local.
2) El error del segundo asistente de Saúl Laverni, Mariano Altavista, que anuló mal un gol del ingresado Diego García por una posición adelantada inexistente de Sebastián Palacios en la jugada previa. Y 3) Por Diego Rodríguez. Sí, el arquero que otra vez puso sus guantes salvadores, ayer en el final, para sacar un remate complicado de Palacios.
A pesar de quererlo, nunca logró ser el verdadero protagonista del encuentro el conjunto dirigido por Omar De Felippe. Ni siquiera cuando tuvo algunas aproximaciones de Facundo Parra, ambas contenidas sin mayores esfuerzos por Matías Castro. Ni tampoco por esa chilena de Hernán Fredes que tuvo más de espectacular que de potencia.
No tuvo la pelota el visitante, principalmente porque del que más se espera, menos se vio. Daniel Montenegro vivió una tardecita para el olvido y encima tuvo que salir lesionado en su tobillo derecho. Tampoco lo ayudaron sus compañeros de campo, es cierto. Y así, cuando Unión se percató de que el que tenía adelante no era el Independiente de otros tiempos, se animó y le ganó la posesión en la mitad de la cancha.
Una pifia increíble de Brahian Alemán con el arco de frente fue la primera de unas cuantas situaciones de gol que creó el equipo de Leonardo Madelón.
Palacios, incansable en todo momento, se lo perdió tras un buen desborde por izquierda de Nicolás Bertochi, quien ya había probado desde afuera sin suerte. Fue Palacios también el que hizo estirarse a Cristian Tula para evitar la caída de su arco y mandar la pelota al tiro de esquina. Y fue el Rusito Rodríguez el que estuvo atento para sacar por arriba un centro de Luciano Vella que salió al arco y casi se mete en el ángulo.
El punto repartido en Santa Fe fue mucho premio para Independiente y poco consuelo para el local, que buscaba acortar distancias con los puestos de vanguardia y no pudo conseguirlo.
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