La pensión: Ni para comer

Por Fabio Verona para OLE Favio Verona Fverona@ole.com.ar

Los jugadores de las Inferiores son los que más padecen la crisis económica del club: en la pensión el alimento no alcanza para todos.

La miseria queda al desnudo sin contemplaciones. Allí nadie se compadece. En el predio de Villa Domínico se desconoce el significado de los términos pudor y piedad. Los 60 jugadores que viven en la pensión están sumidos en un marco de pobreza franciscana. El pasivo de $440 millones que sacude los cimientos de un club al borde del colapso golpea con saña a los más vulnerables. Y Los chicos de las Divisiones Inferiores son las principales víctimas. La crisis se profundizó tanto que en los últimos tiempos algunos futbolistas no disponen ni siquiera de lo indispensable. “No sé si hago bien o mal al decirlo, pero me parece grave que no nos alcance la plata ni para la comida”, fue el relato crudo de Brian Simone, quien juega de lateral derecho en la Cuarta y está en el club desde hace 15 años. La situación ya es insostenible. “El viernes, por ejemplo, hubo chicos de la pensión que se quedaron sin comer porque no alcanzaron los fideos para todos. ¿Cantero?, no lo vemos nunca”, contó el juvenil de 21 años en Monarquía Roja. Y aseguró que las pujas por el alimento no forman parte de un hecho excepcional: “Durante un viaje a Bahía Blanca no comimos lo necesario para afrontar el partido con Olimpo. Por suerte llovió y se suspendió”.

Francisco Sá, quien dirige a la Cuarta, le aseguró a Olé que no sabía nada al respecto: “No estaba al tanto de esta situación. Estamos atravesando un momento muy complicado desde el punto de vista económico y acá nos faltan muchas cosas, pero es triste que algunos chicos no tengan ni para comer”. Lo cierto es que la coyuntura puede empeorar. Según pudo averiguar este diario, el club le debe $190.000 a la empresa que provee los fideos, que amenazó con partir si no aparece la plata. “El problema es que algunos chicos consumen dos raciones de comida. Pero si no alcanzan los fideos lo solucionamos pagando sandwiches de milanesa”, le dijo a Olé la encargada de la pensión, Marta González. Ninguna justificación puede disipar el oprobio.