Por Florencia Bombini para CRONICA
Había llegado a Independiente en el peor momento de la historia. Sabía que se metía en el “Infierno”, pero le gustaban esta clase de desafíos. Muchos hinchas, en ese entonces dolidos por el reciente descenso, lo miraron de reojo. Con paciencia, alternando entre titular, suplente y a veces ni siquiera figurando entre los convocados, Sebastián Penco se fue ganando un lugar en el equipo, algo que se ratificó con la lesión de Facundo Parra sobre el final del torneo de la B Nacional. Y de a poco se fue convirtiendo en el hombre de los goles importantes, como el que le hizo a Ferro para rescatar un empate sobre la hora en Caballito y dejar al equipo con chances de ascender, o el que le convirtió a Instituto, también de manera agónica, que le permitió al “Rojo” dejar atrás a su rival y pelear mano a mano con Huracán. Y esa chapa de “héroe” también supo sacarla a relucir en Primera, marcando el empate transitorio ante Olimpo cuando parecía que el elenco de Jorge Almirón se volvía con una derrota (fue 2-1) y anotando el 1-1 parcial ante Racing, en un clásico especial, que se volvía a jugar después de una temporada en el ascensol. Con pasado en la “Academia” (apenas jugó seis partidos en 2004), Penco, a los 30 años, fue la figura de la tarde en Avellaneda y ya hace historia en Independiente.
-¿Qué sensaciones te quedaron después del clásico?
-Las mejores. Creo que hicimos un gran esfuerzo, un buen partido y ahora estamos disfrutando.
-A base de goles importantes, te vas ganando el cariño del hincha...
-Sí, siempre intento hacer mi juego y tratar de matarme en la cancha. Estoy en un club donde muchos quieren estar y esta camiseta la defiendo a muerte.
-¿Cómo fue el vestuario que hace no mucho tiempo fue testigo de la lucha por el ascenso?
-Todos muy contentos, festejando. Hemos tenido una alegría después de todo lo que pasamos en la B Nacional. Se disfrutó el doble esta victoria.
-¿Esperaban ese marco en el estadio?
-La gente estaba muy ilusionada. Desde que nos tocó ascender que los hinchas están esperando este partido. Llegaron muy esperanzados al igual que nosotros y les pudimos dar una alegría. La fiesta fue completa.
-¿Qué se te cruzó por la cabeza en el gol de Diego Milito?
-Que había que mantener la tranquilidad para poder dar vuelta el resultado. Ellos ya habían corrido muchos más minutos, nosotros hicimos dos goles en el momento justo y ese golpe jugó a nuestro favor.
-En el empate muchos compañeros fueron a saludar a Escudero. ¿Se había generado cierta confusión en la jugada?
-Sí, me enteré en el vestuario. El gol fue mío, en el centro me tiré con todo a tocarla con la pierna izquierda y cuando la toqué se la crucé a Saja. Una alegría enorme y por eso salí gritándolo con todo.
-¿Qué impresión te deja este presente que estás atravesando?
-Es una satisfacción saber que puedo jugar en Primera, que puedo estar y que puedan contar conmigo. Lo estoy aprovechando y disfrutando al máximo. Ojalá pueda seguir jugando con esta camiseta.
“No se jugó bien, pero lo importante era ganar”
Más allá de la euforia del triunfo ante Racing, en un clásico que pasará a la historia, Sebastián Penco coincidió con la mirada de Jorge Almirón y sostuvo que “habrá tiempo para corregir errores”. Consciente de que el segundo tiempo se caracterizó por los constantes avances de Racing, que amenazaba con una igualdad que nunca llegaría, el delantero agregó: “Salieron a buscar el empate. Estábamos un poco desordenados nosotros, pero por suerte los defensores sacaron todo lo que tenían que sacar y pudimos mantener el resultado”.
Respecto al rendimiento del equipo, que lejos estuvo de ser el mejor a excepción de una ráfaga en el primer tiempo que le sirvió para revertir el marcador en un momento complicado, sostuvo:“Quizá no se jugó bien, pero lo importante era ganar. La idea que tiene el entrenador va a llevar un tiempo afianzarla”.
Pese al nivel de juego, el conjunto de Jorge Almirón creció anímicamente a base de las últimas dos victorias, en las que el equipo mostró carácter para transformar una derrota parcial en una victoria. Ocurrió en Bahía Blanca, ante Olimpo y se repitió el domingo, en el clásico más esperado por la parte roja de Avellaneda. “No es fácil revertir un marcador. Más de una manera tan rápida como lo hicimos. La virtud fue seguir confiando en nosotros y estar tranquilos porque sabemos que los partidos duran 90 ó 93 minutos”, explicó Penco.
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