18-01-2015 OLE
Favio Verona Fverona@ole.com.ar
A los 79 años, Jorge Griffa asumió como coordinador general de las divisiones inferiores. “Vamos a traer a los mejores chicos del país”, prometió el Maestro.
Se abre la puerta de su departamento en Recoleta y el saludo es efusivo, como si conociera al entrevistador desde hace varios años. De inmediato, invita a hacer una visita guiada por su casa. Adentro se percibe el perfume del fútbol. Sobre los estantes descansan las réplicas de las copas que ganó en Europa, camisetas de su etapa como jugador, pelotas de tiento, fotos con glorias del fútbol argentino y español y con los alumnos más aplicados que tuvo en Newell’s y en Boca. Con tan sólo levantar la mirada y contemplar las reliquias que maquillan las paredes, queda al desnudo la magnitud del personaje. Sobre un escritorio reposa una pila de archivos con el membrete de Independiente, donde recientemente asumió como Coordinador General de las Inferiores. También hay una notebook que, a los 79 años, Jorge Griffa maneja a diario con precisión de analista de sistemas. “Estoy escribiendo mi segundo libro”, cuenta. Y muestra orgulloso el avance de su obra.
Una cinta blanca cubre su rodilla derecha en casi todas las fotos de su etapa como jugador. Hoy, allí se percibe una profunda cicatriz. “Hace dos meses me operé y estoy haciendo kinesiología. Desde los 21 años hasta los 37 jugué con los ligamentos rotos y me ponía la cinta para lograr estabilidad. Ahora tengo ganas de volver a jugar picados y por eso pasé por el quirófano”, siembra el asombro.
-¿Con qué se encontró en Independiente?
-Si bien noté que los chicos de la Reserva tienen buena técnica, también advertí que no poseen mentalidad ganadora. No están preparados para el éxito. Vi que perdían la pelota y no se preocupaban, que saltaban a cabecear y les daba lo mismo ganar que perder. Además, varios pibes que están en la pensión no juegan. Hay que ver qué condiciones tienen y si merecen estar allí.
-Entonces va a tener mucho trabajo...
-Eso es lo que me motiva. Estoy orgulloso porque no es normal que a mi edad, tres clubes (Quilmes, Racing e Independiente) me hayan llamado. Si me vienen a buscar para correr, no es mi mejor momento. Pero si lo hacen para pensar, creo que los puedo ayudar porque he capitalizado una serie de conocimientos que pueden ayudar a crecer a un montón de gente. (Respira hondo y mira hacia arriba). Sólo Dios me va a poder alejar del fútbol.
-¿Qué cree que les falta a los juveniles?
-La aplicación máxima para conseguir el éxito. Hay comodidad en los chicos y en todo lo que los rodea. Eso no les permite crecer. Hoy, muchas veces queda de lado lo básico. En Primera hay jugadores que no saben hacer los movimientos previos para dar un pase o cabecear porque nunca se los enseñaron. En Reserva algunos no saben controlar la pelota. A veces miramos la película al revés y queremos empezar por el final.
-¿Pero en ese caso el problema no es de quien se encarga de formarlos?
-De ambas partes. Los juveniles siempre agarran el camino incorrecto porque nadie los estimula a tomar el correcto, que es el más difícil. Hoy, cualquiera que jugó en Primera piensa que tiene condiciones para enseñar. Y muchos quieren usar a la Reserva como plataforma para dirigir en Primera. ¡El docente debe prepararse! En Independiente les voy a enseñar a los que enseñan. ¿Sabés cuántos jugadores como Messi vi, que por no completar su desarrollo o por no ser aplicados, no llegaron a nada? No podemos seguir desaprovechándolos por culpa de formadores que desconocen las nociones básicas del fútbol.
-¿A qué edad un jugador con fallas técnicas pasa a ser un caso perdido?
-Siempre se puede recuperar. Hay que tener en cuenta que el futbolista consolida su identidad desde los 14 hasta los 20. Y que recién a los 30 alcanza la cumbre. Pero hay etapas que deben ser respetadas. A veces es difícil pensar en el desarrollo del futbolista en un fútbol signado por la necesidad imperiosa de vender. Y ese no es un problema menor.
-¿Cómo distingue a un chico que va a llegar de otro que no?
-Antes lo hacía por instinto y luego comencé a marcar pautas: técnica, velocidad y fuerza mental.
-¿Por qué en determinados puestos no surgen jugadores?
-Sucede con los laterales. Nadie quiere ser lateral. Y la culpa es de los formadores que no tienen visión para detectar qué jugadores pueden rendir en ese puesto.
-Milito había detectado que el principal problema de Independiente estaba en la captación.
-Si vos no captás, por más desarrollo que tengas estás perdido. No vamos a esperar que los chicos vengan a probarse, los vamos a ir a buscar. En vez de crear enemigos sacándoles a los clubes del interior a sus mejores jugadores, les vamos a ofrecer a cambio el capital de nuestro conocimiento para formarlos con argumentos futbolísticos sólidos. Eso fue lo que hice para sentar a Newell’s y a Boca en la mesa de los grandes. Pienso implementar un proyecto de alcance nacional. Y yo voy a estar encima, marcando pautas para la captación de jugadores. A Independiente vamos a traer los mejores chicos del país.
-¿Todas las categorías van a jugar con un mismo esquema?
-Todas deben jugar de la misma forma, con un 4-3-1-2. Es necesario tener enganche. Pero igual debemos pensar en lo que quiere el técnico de Primera.
-¿Va a lidiar con los chicos que le dedican más tiempo a la PlayStation que a mirar fútbol?
-Por supuesto, es mi obligación como educador dejarles enseñanzas que trasciendan los límites de la cancha.
-¿Habló con Almirón?
-Le dije que debemos tener una relación muy profunda. Quiero darle a Jorge todos los argumentos que lo ayuden a ser un triunfador. Siempre me he llevado bien con los técnicos de Primera. Por eso trabajé tantos años con Bianchi. Cuando había un pibe que andaba bien, nunca le pedí que lo probara. Siempre antepuse la misma frase: “Me parece que este chico tiene condiciones, si quiere, mírelo”. Los técnicos tienen un ego importante. Y hay que saber cómo hablarles. Ahora voy a ser un aliado de Almirón.
-¿Le hubiese gustado trabajar con Milito?
-No lo conozco personalmente. Sé que fue un jugador interesante. Pero con toda seguridad puedo decir que no me hubiese disgustado.
“A Bielsa puedo darle un cachetazo, ja”
Griffa contó que aún tiene diálogo con el DT del Olympique y que está orgulloso de haberlo formado.
Después de haber sido un jugador mediocre, Bielsa me dijo que quería ser técnico de Primera. Le respondía que no cometiera el mismo error que yo, que para eso debía prepararse. Y él se formó al lado mío, capitalizando lo bueno y lo malo. Le di un grupo con el que sabía que iba a llegar: estaban Batistuta, Gamboa, Pochettino, Berizzo, Franco. A Marcelo no sólo lo eduqué en lo futbolístico, sino también en lo extrafutbolístico”. Jorge Griffa aún conserva su memoria intacta. El Maestro fue el padre deportivo del técnico del Olympique.
-¿Sigue teniendo diálogo con Bielsa? -Hablo por teléfono con él y con Martino, pero a Marcelo hace rato que no lo veo. Y eso que en Rosario nuestros departamentos están a 50 metros. Hace un tiempo me lo crucé en el aeropuerto de Chile y lo reté. “¡Qué fantasma que sos! No me menciones más en las conferencias de prensa. Olvidate de mí, pensá en lo que vos podés hacer ahora para mejorar el fútbol”.
-Usted es uno de los pocos que puede retarlo...
-¿Retarlo nada más? Yo puedo darle un cachetazo, ja. Como ya se lo he dado. El y el Tata me tienen afecto, pero el éxito a veces te hace olvidar ciertas cosas que te han pasado.
-¿Cuándo lo conoció advirtió que iba a ser el técnico que es hoy? -No pensé en situaciones altamente favorables, pero le di todo lo que pude para que llegara lejos.
-¿Es gratificante ver que llegó tan lejos? -Sí, yo lo preparé para que consiga grandes objetivos. Y estoy orgulloso de él.
-¿Se siente identificado con el fútbol de Bielsa? -Es que yo soy un educador y él un técnico de Primera. Son dos funciones muy diferentes...
No hay comentarios.:
Publicar un comentario