Es complicado cuando hay situaciones que están
a la vista de todos, o por lo menos de casi todos. El problema es no saber
reconocer que hay un problema, y ahí justamente está el problema, en no
reconocerlo. Ante tanta evidencia si hay suficientes pruebas de un caso
policial el juez, no tendrá más que analizar la notables pruebas y dar la
sentencia.
Aquí, el juez, es Pellegrino, el entrenador,
quien tiene sobradas pruebas para resolver el caso del arquero de
Independiente, que ya no tiene ningún mérito para estar bajo los tres palos
del arco rojo. Si por aquellos que defiendan su postura es por que "se
banco la B" pues cualquiera de los 5 millones de hinchas, entonces,
podría ser el arquero. Solo ha atajado unos pocos partidos en la estadía más
dolorosa del club en esa categoría.
Quienes siguen nuestro comentarios, y en
especial el mío propio, hace años (ya casi 4) que vengo sosteniendo que no
está a la altrura de estar en el arco de Independiente y que llegó de manera
fortuita a ser titular, porque pateaba penales en la reserva. Incluso nunca
salvó partidos antes de la catástrofe, salvo un partido en cancha de Quilmes.
Desde allí hasta aquí le han convertido goles
de todas las formas, de todos los colores, imposible sería repasarlos, dado
que son inumerables. Claramente el ciclo está cumplido y Campaña pide pista.
Del partdo, se desvirtuó con la expulsion
tonta del Torito Rodriguez, pero por esas cosas que tiene el fútbol, el rojo
jugó mejor con 10 que con 11. Si hasta lo empató con ese gol de Lucero con
una noche para el olvido, luego del no cierre de Toledo y otra mala salida
del 1 en la ventaja de Racing poniendo el 1-0
Pero siempre hay un pero, y ese es el arquero
que achica mal, sale con las piernas abiertas, con los pies para adelante y
caminando en el segundo gol de Racing. Todo lo contrario a lo que dicen los
manuales. Todo.
Y en el tercero pareció verse la repetición
del gol del Independiente Santa Fe o aquel olimpico que le convirtiera Vélez
en el 0-4 en el Libertadores. Al primer palo.
Así será complicado. Y si Pellegrino lo
sostiene quien no se sostendrá será el propio entrenador, que de seguir
bancanco al arquero, le hará seguir paerdiendo partidos y así terminará con
su estadía como entrenador.
De él depende. De Pellegrino
Ariel Vilachá
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