En el fútbol, generalmente, los grandes fracasos se tapan con excusas. En los momentos adversos, un cúmulo de palabras que suenen atractivas para los oídos pueden decorar una derrota o, al menos, transformarla en menos dolorosa. Decir que "la pelota no quiso entrar", que "el fútbol es así", que "el arquero rival tapó todo" o que "el árbitro nos perjudicó" son las primeras excusas ante la falta de argumentos futbolísticos, es cierto, pero esta vez tiene un gran porcentaje de veracidad. Porque Independiente, que está muy lejos de ser ese equipo agresivo, contundente y ganador que se intentó proyectar en el último mercado de pases, hizo suficientes méritos para llevarse las tres unidades ante Argentinos, pero la ineficacia en los últimos metros, la enorme tarea de Ojeda y la pésima labor de Lunati hicieron que el 0-0 se tornara inamovible en Avellaneda.
Desde el inicio quedó en evidencia las intenciones de cada equipo. El "Rojo", con tenencia pero sin sorpresa, intentó ser dominador de las acciones ante un equipo que le cedió la pelota y los espacios con el objetivo de contraatacar, teniendo en cuenta que es su mejor arma. De todas maneras, fue el local quien tuvo las mejores situaciones en la primera mitad, destacándose un mano a mano de Albertengo (gran pase de Victorino) que tiró por arriba del travesaño.
En el complemento, entre el desespero y la obligación, los dirigidos por Almirón inclinaron aún más la cancha a su favor, especialmente cuando el conjunto de La Paternal se quedó con diez por la expulsión de Matricardi. Pero la visita fue "más Bicho", ya que se dedicó a hacer tiempo, a esperar con armas incómodas para el rival pero valederas. Ante esta situación, Independiente acudió a los remates de larga distancia, vía que pudo ser auspiciosa si no fueran por las voladas del arquero. Para colmo, ante cada situación polémica, el "Loco" Lunati optó por hacer valer su apodo, dejar la cordura de lado y utilizar el trillado "siga siga", omitiendo un claro penal en perjuicio de Benítez y otra situación polémica por mano de un defensor.
De esta forma, el análisis indica que Independiente fue más que su adversario, pero la "tabla moral" sólo es utilizada en los programas deportivos. No tienen ningún valor. Por ende, cuando se observa la de posiciones, esa que realmente vale, el equipo se encuentra en una posición incómoda, alejado de los verdaderos protagonistas, situación que genera el repudio del hincha, que nuevamente despidió al equipo y cuerpo técnico con silbidos y mucha reprobación.
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