Mancuello: “No me iba a ir sólo por el dinero”
El capitán vuelve a ser titular después de cuatro meses. Habla de su pase frustrado al exterior, de su lesión y de su regreso. “El problema ahora lo tiene Pellegrino...”, dice.
Por Guillermo Tagliaferri y Nahuel Lanzillotta para Clarìn 16-10-15
“A mí me gusta lo que hacen ustedes”, le dice Federico Mancuello a los periodistas de Clarín antes de encender los grabadores.
-¿A qué te referís, Fede?
-Al periodismo, me atrae. Me gusta analizar el juego. Con el Ruso (Diego Rodríguez) estudiamos hace unos años, pero sólo hice seis meses porque me citaron a la Selección juvenil y no me daba el tiempo.
El capitán de Independiente revela una faceta desconocida a horas de su regreso a la titularidad. Auténtico, el zurdo, que volvió en el segundo tiempo ante River (tras más de cuatro meses de inactividad) y que esta noche estará desde el arranque en Misiones contra Crucero Del Norte, charla del calvario de su lesión en el pie izquierdo, de su pase frustrado al exterior, de su retorno, del DT y del equipo.
-¿Qué sentías cuando no podían saber qué lesión tenías?
-Tristeza. En el cuarto día de pretemporada sentí un dolor en el pie izquierdo y no sabíamos qué era. No podía pisar. Me infiltré con corticoides y no pude entrenarme. Parecía que se me prendía fuego el pie. No sabíamos ni siquiera cuándo me iba a dejar de doler. Estuve 12 días pinchándome con xilocaína para entrenarme. No me podía ni poner los botines. Antes del partido con Colón sentí un ruido a la altura de la tibia, que fue cuando se rompió la fibra en la unión del músculo y el tendón. A partir de ahí tuvimos más certeza de lo que tenía. Hoy le agradezco a los médicos, a los kinesiólogos y al cuerpo técnico.
-Pellegrino dijo que quería que te quedaras. ¿Cuánto vale eso?
-Mucho. Me senté con él y le dije: “Mirá Mauricio, vos y yo no nos conocemos pero estoy en Independiente porque quiero ya que tuve la posibilidad de irme libre, así que hasta el último día que esté acá voy a tirar para adelante”. Intercambiamos ideas, eso me dejó tranquilo.
-¿Lesión al margen, te sentiste frustrado por no haber podido concretar una transferencia al exterior?
-Es que la lesión tapó todo. Mi representante me llamó con propuestas que no iban. No me iba a ir sólo por dinero. Tenía que ser algo para crecer. Le dije a la gente que me maneja que para irme tenía que llegar una oferta buena para el club y para mí. Yo quería jugar en Europa, no en cualquier lado. No me sentí frustrado. Mi salida se dará cuando se tenga que dar.
-¿Cómo fue el momento de volver a pisar la cancha contra River?
-Fue raro. Me sentí superado por el contexto. Cuando me llamó Mauricio escuché a la gente y no lo podía creer. Fue una sensación de mucha emoción. Entré a la cancha y se me había ido lo que tenía que hacer.
-La zurda sigue intacta...
-Hacía mucho que no tenía la oportunidad de patear un córner olímpico y estuvo bueno recordarlo, ja.
-¿Por qué se empezó a ganar tras la salida de Almirón?
-Es muy difícil saber la causa puntual. Cuando hay un cambio de entrenador cambia la cabeza de todos. Pasó en Quilmes, en Banfield...
-¿Cuál es la mayor virtud que hasta acá se le puede dar a Pellegrino?
-Veo al equipo más ordenado atrás. Hay otra cuestión: varios subieron su nivel individual y cuando eso ocurre hay contagio en el equipo.
-Va a ser un tema para el DT armar el mediocampo con tantos volantes.
-El problema ahora lo tiene Pellegrino, ja. Nosotros estamos contentos porque son varios los que están en un buen nivel.
-¿Hablaste con Pellegrino sobre la posición en la que te va a utilizar?
-No, pero siempre que me probó lo hizo como volante interno.
-¿Estás ya para jugar 90 minutos?
-Voy a ir mejorando partido a partido. La única manera es jugando. Estuve cuatro meses sin jugar y eso se va a sentir. Trataré de que se note lo menos posible. Estoy con muchísimas ganas.
-¿La Copa Sudamericana es un sueño alcanzable?
-Es el objetivo. Tenemos el deseo de ganarla porque nos dará prestigio. Los hinchas están como locos y nosotros también, pero no podemos jugar a ese ritmo. Hay que mantener la tranquilidad.
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