martes, 20 de mayo de 2014

Clarín: "Del infierno a la ilusión en cinco minutos"



Del infierno a la ilusión en cinco minutos

El equipo de Omar De Felippe dio vuelta un partido clave en Pergamino y sigue a 2 puntos de InstitutoTodo pasó en el segundo tiempo. A los 11’ convirtió el local, a los 18’ y a los 23’ acertó el Rojo, que faltando tres fechas sigue vivo.

Cinco minutos. Para Douglas Haig, fatales; para Independiente, cinco minutos en los que pasó del infierno a la ilusión. Cuando parecía entregado al 0-1 aquí en Pergamino, el Rojo se rebeló y, con más sangre que fútbol, lo dio vuelta para romper con el invicto de 17 partidos de Douglas en su estadio y para volverse con tres puntos importantísimos en su vía crucis hacia el ascenso.
¡Cómo le cuesta a Independiente lejos de Avellaneda! Tarda una enormidad en poder acomodarse al terreno de juego cada vez que sale del Libertadores de América. Douglas fue el que hizo pie primero en un campo blando por las lluvias de la madrugada. Y leyó bien el pizarrón del partido en la previa Andrés Guglielminpietro. Porque mandó a Iván Etevenaux a correr hasta el hartazgo por la banda derecha, para aprovechar la exposición de Claudio Morel Rodríguez ante el hueco que dejaba la espalda de un Daniel Montenegro estacionado a un costado, pero sin fuerza para la marca.
Desde ese lado tuvo las situaciones más claritas. En una de las tantas escapadas, Etevenaux mandó el centro que recorrió roda el área roja hasta llegar a los pies de Esteban Orfano, quien quiso clavarla en el ángulo como ante Banfield y le salió a la tribuna. También por la derecha, esta vez fue Pablo Mazza el que hizo de las suyas y tiró una pelota por arriba para el cabezazo solitario de Héctor Cuevas que se fue cerquita del palo derecho de Diego Rodríguez.
El equipo dirigido por Omar De Felippe tenía en Montenegro a su hombre más claro cuando se desprendía del carril izquierdo. Cada vez que el Rolfi hacía contacto con el balón provocaba problemitas en la defensa local. El ‘10’ le dio un lindo pase entre líneas a Facundo Parra, pero el disparo del delantero fue bien cubierto por Carlos Quintana (después salió con una torcedura en su tobillo derecho).
Rolfi fue el gestor de otras dos aproximaciones visitantes. Primero la abrió por la derecha para Zapata, quien tiró el centro que no pudo aprovechar Sebastián Penco. Después, fue Gabriel Vallés el que envió una pelota que no tocó nadie.
Independiente no era más que eso. Y los de Pergamino, que también se jugaban su final -pero por la permanencia- eran los que manejaban los tiempos en su casa. Hasta que Zapata lo bajó en el área a Mazza. Penal y gol de Etevenaux. Hubo otro penal para el local, de Vallés sobre Mazza, que el árbitro Luis Alvarez no sancionó.
De Felippe, movió el tablero. Afuera un flojo Fredes, adentro Pisano para armar tres puntas. Y enseguida, Insúa por Parra (desgarrado). En la primera que tocó, tras un rebote del arquero Emiliano Olivero, el Pochoclavó el empate.
Independiente, ese que hasta ayer siempre se le hacía imposible remontar un resultado adverso, de repente mostró rebeldía y fue a buscarlo ante la sorpresa de Douglas. De los pies de Pisano, otro de los ingresados, llegó el envío que Penco metió para dar vuelta la historia en Pergamino.
Y cuando Douglas apretó, el que aguantó la embestida fue el RusitoRodríguez. Primero tapando un cabezazo de Leandro Gioda y después un remate de Rodrigo Caballuci.
¿Que no jugó bien? ¿Que su arquero fue otra vez figura? Poco le importó anoche a Independiente, que remontó más que un resultado, remontó la esperanza.

“Si perdíamos se nos iba el ascenso”

Sebastián Penco, autor del gol del triunfo, definió la importancia de la victoria roja.

Apareció en Caballito, hace una semana, con la cabeza (vendada y todo) para empatar el juego ante Ferro en tiempo de descuento y rescatar un punto. Volvió a escena ayer, por el segundo palo, para darle una victoria clave a Independiente y mantenerlo cerca de la zona de ascenso a Primera. Se trata de Sebastián Penco, ese delantero que llegó desde San Martín de San Juan y que siempre estuvo relegado detrás de Parra, Menéndez y hasta del juvenil Adrián Fernández en este vía crucis rojo por la segunda categoría. Los números no son los mejores: 4 goles en 20 partidos. Pero esos gritos sí que llegaron en el momento oportuno.
“Es bueno aprovechar las oportunidades que te da el entrenador. El gol ante Ferro me dio confianza y por suerte me tocó convertir otra vez”, reconoció el delantero. Y fue tajante ante la importancia del triunfo en Pergamino. “Si perdíamos hoy (por ayer) se nos iba el ascenso. Ahora la presión también la tiene el resto. Demostramos que estamos vivos y vamos a hacer todo lo posible para subir”.
En la otra punta del equipo, Diego Rodríguez sigue aportando la firmeza de siempre. Las manos del arquero sostuvieron una vez más a Independiente cuando el equipo (y sobre todo la defensa) de De Felippe tambaleaba. Estuvo cerca de sacarle el penal a Etevanaux y después, con el resultado a favor de los de Avellaneda, se lució ante un buen cabezazo de Gioda y en el final, sacó un disparo de Cabalucci desde 20 metros que se metía. “Las tres fechas que nos quedan son finales. Hay que ganarlas y lograr el objetivo. Dependemos de nosotros, no tengo dudas”, sentenció el arquero, el jugador más regular de Independiente en la temporada.
Por su parte, Omar De Felippe resaltó que “esta fue una gran muestra de carácter. No paramos nunca y por eso dimos vuelta un partido después de mucho tiempo (casi 4 años) y ante un rival difícil. Estamos en la lucha”.

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