Independiente, con dos goles de Cuateruccio por penales bien cobrados, ganó después de 12 partidos en la Liga Profesional.
Favio Verona para Olé.-
30/04/2023 17:47hs.
Actualizado al 30/04/2023 20:06hs.
Fue un enorme desahogo. Una explosión. Una descarga después de días de tensión acumulada. Independiente volvió a sonreír en la Liga Profesional luego de 63 días. El equipo de Ricardo Zielinski, que marchaba anteúltimo, superó a Belgrano y consiguió tres puntos imprescindibles en su lucha por espantar los fantasmas que habían comenzado a atemorizar a todo el Mundo Rojo.
El conjunto de Avellaneda, que no ganaba por el campeonato desde la primera fecha (1-0 a Talleres en Córdoba), tuvo que transpirar para imponerse al Pirata, pero supo aprovechar los regalos que le hizo un rival que cometió dos penales evitables. Martín Cauteruccio, el máximo artillero del equipo en este torneo con siete gritos, mostró su clase en ambas ejecuciones desde los 12 pasos.
Independiente cortó una racha adversa de 12 partidos sin victorias por la Liga, con siete empates y cinco derrotas. Los dirigidos por el Ruso venían de dejar una muy mala imagen el fin de semana pasado contra River (0-2). El Rojo pudo haber sido goleado en el Monumental y necesitaba mostrar una reacción ante su público. No ganaba de local desde el 16 de octubre del año pasado, ante Banfield (1-0), cuando el técnico aún era Julio Falcioni. Luego pasaron tres empates y tres derrotas en casa, hasta que la racha se cortó contra Belgrano.
Zielinski acertó al desarticular el sistema táctico 5-2-3 empleado ante el Millonario y apostó a un clásico 4-4-2 con el que el equipo ya se había sentido más cómodo contra Racing (1-1). El conjunto de Avellaneda respondió y fue un equipo sólido y pragmático. Barcia anduvo bien de lateral derecho, Barreto y Báez se lucieron con sus rechazos, el juvenil Ortiz fue un buen complemento para Marcone y Cauteruccio estuvo cuando lo necesitaron: definió con mucha tranquilidad cuando la pelota quemaba.
Independiente pudo haber logrado una diferencia más amplia, pero Cazares desperdició dos chances muy claras. En el complemento, el Rojo por momentos le dejó al Pirata tener la pelota. Los cordobeses no tuvieron ingenio, cambio de ritmo ni desequilibrio para fabricar el espacio.
Independiente no brilló, pero fue un equipo ordenado, intenso y solidario. Después de muchos días de sufrimiento, el Rojo tomó oxígeno.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario