La Agencia Federal de Inteligencia (AFI) tendrá que dar explicaciones sobre la visita, con tono de apriete, que dos funcionarios le hicieron al juez Luis Carzoglio cuando tenía a cargo la causa sobre una supuesta asociación ilícita en el club Independiente y le mandaron el borrador de una orden de detención para Hugo y Pablo Moyano, que además indicaba allanamientos, por ejemplo en la sede de Camioneros (que luego harían otros jueces). En un reciente dictamen al que accedió PáginaI12, el fiscal federal Ramiro González puso ese hecho en el centro de una investigación penal y pidió que la central de espías “remita un informe amplio y pormenorizado sobre la actividad desarrollada por agentes de esa repartición estatal sobre el juez Carzoglio”. También requirió a la Comisión Bicameral que fiscaliza a los organismos de inteligencia copia de la versión taquigráfica de la reunión plenaria en que las autoridades de la AFI reconocieron que dos de sus agentes fueron enviados a hablar con Carzoglio, aunque la excusa que pusieron fue que querían prevenir las consecuencias de una posible detención de los Moyano. Es otro caso clave, como la causa por espionaje ilegal que tramita en Dolores, para entender el armado de causas.
En octubre pasado, el fiscal Sebastián Scalera pidió la detención de Pablo Moyano en la causa sobre presunto lavado de dinero en Independiente, pero Carzoglio no le hizo lugar porque consideraba que no había motivos. Carzoglio relató públicamente que lo habían ido a ver a su despacho el jefe de Asuntos Jurídicos de la AFI, Sebastián De Stéfano, y el de Finanzas, Fernando Di Pasquale. “El Presidente está obsesionado con Pablo Moyano. Espera su detención”, le advirtieron. “¿Usted qué quiere?”, lo tantearon y le dijeron que poco más tarde recibiría un escrito con el modelo de la orden de detención para ambos dirigentes. Así sucedió, y el juez guardó el papel en su caja fuerte. Aquella pregunta en el momento no fue interpretada por el juez como un ofrecimiento de dinero, recién después pudo comprenderla así. Además la presencia del jefe de Finanzas allí sonaba extraña. Carzoglio les había dicho que no tenía problemas en hablar con el Presidente pero que quería ver el expediente primero. Después que rechazó la detención de Pablo Moyano, le activaron un pedido de juicio político en contra y al día de hoy está suspendido.
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