El Dr. Luis Felipe Ricca le escribió esta carta abierta al actual presidente de Independiente, Sr. Claudio Keblaitis.-
AVELLANEDA, 3 de junio de 2014.
CARTA ABIERTA AL PRESIDENTE DEL CLUB ATLÉTICO INDEPENDIENTE
SEÑOR CLAUDIO GUSTAVO KEBLAITIS
De su consideración:
Nací
un 25 de octubre, allá por 1953, y soy socio vitalicio del Club Atlético
Independiente.
Usted
se preguntará ¿y qué importa la fecha en que nació? Le respondo.
El
25 de octubre de 1900 se inauguró la tienda A LA CIUDAD DE LONDRES.
El equipo de fútbol formado por los empleados del comercio se denominó MAIPO
– BANFIELD. Allí jugaban quienes fueron excluidos por su corta edad y
que, entonces y liderados, según usted, por MARCELO DEGIORGI [era el
back titular de la alineación] fundaron el INDEPENDIENTE FOOTBAL CLUB, hoy
nuestro querido, mi querido, CLUB ATLÉTICO INDEPENDIENTE. Todo
ocurrió, primero en el Barrio de la Recoleta y luego en el Centro de la Ciudad
de Buenos Aires. De allí mi recuerdo por un 25 de octubre. ¿Comprendió? Nací
predestinado a ser hincha del ROJO DE AVELLANEDA. Una digresión,
no comparto con usted que el origen de los colores de nuestra camiseta obedezca
al rojo que caracteriza a los partidos socialistas.
Bueno,
en este momento dirá ¿y a que viene el recuerdo? Ahora le cuento.
Hace
pocos días releí su obra ALMA ROJA – Génesis de un campeón,
Editorial De los cuatro vientos, año 2005. Allí aprendí aquella historia pero,
de su libro, también recuerdo el párrafo que de seguido copio. Veamos.
“… hoy nos encuentra el Centenario en una de
las peores épocas tanto en lo futbolístico como en lo institucional, desgarrado
el club por las peleas intestinas, equipos anémicos boyando en el fondo de los
campeonatos, entrenadores sucediéndose unos a otros permanentemente, sin lograr
la mínima continuidad en el juego ni en los equipos. Siendo la divisa roja para
los jugadores un simple pretexto o trampolín para dar el salto al fútbol del
exterior, perdiendo el amor por la camiseta que tuvieron tantos grandes como
los hermanos Sande, los Larralde, Moretti, Langone, Degiorgi y tantos otros… es
mi deseo que el Club resurja de sus cenizas y cual Fénix carmesí retome la
senda que nunca debió abandonar, la que lo llevó a ser conocido y respetado
mundialmente. Claudio Gustavo Keblaitis, 1º de enero de 2005” [p. 10, Tomo I,
1904/1914].
Sin duda, allí hizo un buen diagnóstico y expresó
mejor deseo pero, a la hora de los hechos, cuando llegó su hora y se puso el
traje de DIRIGENTE, este quedó grande. Con respeto, muy grande.
Usted y sus compañeros de ruta
supieron llegar a la Sede de la Avenida Mitre, encontraron la puerta, entraron
pero erraron. Se equivocaron mucho y feo. Son los principales artífices de
nuestra única vergüenza, DESCENDER AL NACIONAL B. No les guardo
rencor, pero públicamente debo decirle que jamás olvidaré las lágrimas que
derramé, igual que muchos y con muchos otros, aquel día que en el LIBERTADORES
DE AMÉRICA perdimos con San Lorenzo de Almagro. Aún más, ¿recuerda que
su Comisión Directiva votó a favor de los tres descensos directos? El Club River
Plate, al menos, jugó su cara o ceca en una promoción. Nosotros nada. Un palo y
a la bolsa.
Los MÍSTICOS supieron llegar
a la Sede, encontraron la puerta pero el umbral les quedó alto, muy alto. Como
decían nuestros padres, NO
LES DIO EL PINÉ.
Señor
Keblaitis, hablaron mucho, especialmente Javier Cantero, pero tuvieron poca inteligencia
y espalda. Poco es mucho, nada.
El
CLUB
ATLÉTICO INDEPENDIENTE merece una dirigencia que hable menos y que
tenga inteligencia y mucha espalda, ¿me comprende? Luego de su experiencia, ¿me
equivocó?
Para
finalizar, gracias por quedarse hasta el final. Dicen que es hombre honesto.
Hoy espero y deseo alocadamente
que el próximo domingo en el Libertadores de América resurjamos de las cenizas
y cual Fénix carmesí (aquí lo copio) abandonemos
la negra noche a que ustedes nos llevaron. Entonces, yo, igual que muchos y con
muchos otros, lloraré de alegría. En ese momento ustedes serán un mal recuerdo.
Y, si en el tiempo, otro autor escribe una historia ROJA, ustedes ocuparán
una sola y oscura página. Nada más. Y, una, ya es mucho.
Atentamente.
LUIS FELIPE RICCA
SOCIO VITALICIO Nº 1-011022
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