El diario Olé publicó una nota a Walter Erviti realizada por " Perros de la calle" de la cual extraemos lo correspondiente a Independiente.-
FUERA DE JUEGO
El ex futbolista habló de todo y mostró su costado más íntimo. Además, contó el detrás de escena de sus diferencias con Holan en Independiente.
Walter Erviti, ya habiendo colgado los botines, encara una nueva etapa dentro del fútbol. Esperando tener una primera propuesta como director técnico,Cañito no se olvida de sus inicios, como tampoco de las situaciones que le tocó vivir a lo largo de su carrera. Desde su cruce con Riquelme en su paso por Boca, hasta las mil y una anécdotas con Oscar Ruggeri. Acá todos los títulos que dejó Erviti en una jugosa nota para Perros de la Calle (FM 95.1) este miércoles...
Su duro inicio como futbolista
"A los 14 años me vine a Buenos Aires a probar, estuve un año probándome en River. Cuando llegué no me ficharon porque me veían chiquito, flaquito... Entonces no me ficharon, me dejaron entrenando y vivía en frente del club, en una pensión común y me pagaban para comer en un lugar que los domingos y lunes cerraba. Entonces yo saltaba del sábado al martes sin comer, no tenía un mango. Durante todo el año estuve entrenando y no jugaba casi nunca, porque éramos 23 y yo era el 23. Cuando terminó el año vinieron y me dijeron que no había crecido, que no había tomado fuerza, pero era una deducción simple... Me tuve que volver a Mar del Plata y lo tomé como una manera de aprender, de saber con qué me enfrentaba. No me volteó porque yo tenía bien claro que iba a ser futbolista, a mi nadie me iba a voltear...".
"Se me hizo duro, difícil... Dejé el colegio, nunca más fui porque al mes había quedado libre de faltas. Imaginate, yo faltaba dos días porque sabía que no iba a comer entonces seguía de largo. Dormía lo que más podía para no pasar tanto hambre. Después también me sentí discriminado porque no me hacían jugar por ser chiquito. Habré viajado 20 veces de Mar del Plata a Buenos Aires para que me prueben, en pruebas de cientos y cientos de pibes, y me iban dejando para lo último porque me miraban y no me probaban. Capaz me probaban 5 minutos y me decían 'No no hay tiempo'... No hay tiempo porque medía 1.30. Así estuve desde los 13 ó 14 años hasta los 18 ó 19, sin jugar al fútbol porque nadie me ponía".
"A mi me ficha San Lorenzo en sexta división. Cuando llego a Quinta formo parte del plantel pero no jugaba nunca, creo que habré jugado un solo partido que entré de suplente y jugué cinco minutos. Cuando llega fin de año el coordinador viene y me dice 'Mirá, Walter, no jugaste, tenés que agarrar tus cosas e irte porque va a venir otro chico a probarse'. Yo me quedé entrenando lunes, martes... Me quedé y echaron al coordinador. Con el nuevo coordinador jugué, hice un gol, al otro año ya estaba en la Cuarta de San Lorenzo y a los tres meses fui a jugar a la Selección y debuté en Primera".
"De chico jugaba a tirar caños, no entendía nada, no sabía que había arcos en un partido de fútbol, no entendía si había que ganar o perder, yo hacía caños y no se la quería pasar a nadie (risas)".
Las anécdotas con Ruggeri
"Cuando conocí a Oscar (Ruggeri), él me dijo 'Vos podés hacer lo que quieras pero cuando termine el partido nosotros tenemos que haber ganado. Si ganamos está todo bien, si perdimos va a estar todo mal', así. Yo seguí haciendo caños ya preocupado por el resultado, sabía que había que ganar".
"Oscar (Ruggeri) ha sido como un padre. De la nada me mandó con la Primera a entrenar y me llevó a debutar. Yo me levantaba a las ocho de la mañana en la pensión y él estaba desayunando con nosotros. Lo veíamos y era ver a tu papá. Yo ya llevaba como 50 ó 100 partidos en la Primera de San Lorenzo y me hacía vivir en la pensión con mis compañeros, no tenía auto y esa era la regla que tenía que cumplir. Oscar me decía 'Vos salís y entrás el mismo día, no te podés ir a dormir a ningún lado y tenés que avisar lo que hacés y lo que no hacés'. Un día me voy a comer con mi hermano que jugaba en Huracán, se me hace tarde y para volver en colectivo al Bajo Flores la verdad que la dudé. Me quedé a dormir en lo de mi hermano y al otro día llegué y me llama Oscar. 'Walter, ¿todo bien? ¿algo para contarme?', le conté y me dice '¿A quién le pediste permiso? A partir de ahora vas a estar lesionado, no vas a jugar el fin de semana y rezá que el equipo pierda, porque sino no sólo no vas a jugar el fin de semana sino que no vas a jugar nunca más hasta que el equipo vuelva a perder'. A partir de ahí le aviso a mi señora cada 15 minutos lo que estoy haciendo (risas)...".
"Con Riquelme no me peleé. Tuve diferencias de pensamientos y se lo dije. Cuando volvió a Boca empezó a entrenar y no teníamos casi diálogo, entonces me junto y le digo 'Mirá yo estoy distante de vos porque no me gustó que cuando te fuiste estos seis meses hablaste criticando al equipo y a los jugadores grandes, y yo me sentí parte de la crítica. Me dolió porque me lo podrías haber dicho personalmente'. Me dijo 'Te pido disculpas. Yo soy hincha de Boca, a mí me sale el hincha cuando hay algo de Boca que no me gusta y lo expreso, pero no es en contra tuya'. A partir de ahí ya casi no tuvimos relación y después yo me fui de Boca".
"La voz de él es recontra autorizada en el club y la gente se expresaba de esa manera. A mí me tocaba jugar en el mediocampo con Paredes, Pol Fernández y Erbes, y el responsable era yo. Entonces me sentí un poco tocado con la declaración y se lo dije, pero bien".
Las diferencias con Ariel Holan
"Tuve diferencias con Holan. Hablé de Holan, no de Independiente, cuando él era entrenador del país. Todos decían 'Este bicho raro se pelea con todo el mundo al final. Se fue mal de Banfield porque no le pagaban y ahora se va mal de Independiente porque se pelea con el entrenador'. Yo fui claro. Holan no lo fue conmigo y yo hablé cuando nadie hablaba. Después con el tiempo empezaron a salir un montón y ya no eran tan loquitos".
"Cuando salimos campeones, Ariel (Holan) renovó el contrato y a mi me llamó la directiva diciéndome que el técnico no me iba a tener en cuenta. Cuando lo llamo él me dice que la directiva no me quiere. Pasó un año y medio y Ariel me llamó, nos juntamos a tomar un café y me pidió disculpas".
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