Por Eduardo Verona; "DIARIO POPULAR".
No son tiempos de paz y amor para el entrenador de Independiente, Ariel Holan. Las cr�ticas que recibe por adentro y por afuera del club no son episodios ocasionales. Sus rispideces con el plantel. Las dudas. El modelo verticalista. La remake no lograda del Pato Pastoriza.�
Est� atravesando Ariel Holan tiempos no deseados. Su figura bien dise�ada hoy no recibe de la comunidad de Independiente las muestras de afecto y reconocimiento que �l siempre espera para satisfacer su ego que de ninguna manera es menor. Por el contrario; es muy criticado por dentro y por afuera del club.
Criticado en la trastienda por un sector de la dirigencia que lo responsabiliza por las p�simas incorporaciones que recomend� al club en los dos �ltimos libros de pases ocasionando una erogaci�n de 18 millones de d�lares y criticado off the record tambi�n por un grupo de jugadores que obtuvieron la Copa Sudamericana en diciembre de 2017 y que sienten que Holan los saca y los pone en el equipo sin razones de peso que sustenten esa decisi�n.
�A qu� obedece este cambio de humor social respecto a lo que generaba el entrenador hace un par de meses? La raz�n no se enfoca de manera excluyente en los discretos resultados que cosech� el equipo en el 2018 y en su eliminaci�n reciente en la Copa Libertadores cuando la semana pasada cay� con River en el Monumental.
Esta mirada o lectura no indulgente hacia Holan, en realidad, se ven�a ocultando en el marco de los distintos compromisos internacionales que ten�a el equipo por delante. La conquista de la Suruga Bank el 8 de agosto ante el Cerezo Osaka, fue apenas un b�lsamo en medio de un microclima que ya anticipaba rispideces.
Holan ya hab�a manifestado en un programa partidario de TV que se emiti� por cable en abril de este a�o, una de sus formas de relacionarse con sus interlocutores de turno: �A m� me gusta mandar. Yo nac� para mandar. Y si los que me rodean no lo entienden, no es mi problema�.
Ese postulado tan verticalista y marcial nunca puede subestimarse. Ni en el ambiente del f�tbol ni m�s all� de la aldea del f�tbol. Expresa con claridad meridiana un pensamiento autoritario. Ese pensamiento unidireccional es el que lo termina erosionando. Y en lugar de persuadir para convencer, lo empuja a la confrontaci�n gratuita.
El desgaste que hoy padece en Independiente es incontrastable. Se le valora su labor y el salto de calidad que experiment� el equipo durante el 2017 y en algunos partidos muy puntuales del 2018, pero el triunfo alcanzado lo desorient� y le cambi� los papeles. �En qu� sentido? Crey� ser el due�o de la verdad. Y se vio como un entrenador extraordinario al que todos deb�an elogiar. Incluso los periodistas.
Su estrategia de convocar a las viejas glorias de Independiente (Pavoni, Sa, Bochini, Bertoni, por citar a algunos) para que identifiquen frente al plantel el perfil de la m�stica que hab�a que recuperar, fue en realidad una b�squeda personal de acumulaci�n pol�tica para protegerse y respaldarse.
Esa protecci�n y respaldo de las viejas glorias lo consigui�, aunque si interpret� que Bochini le iba a arrojar flores sin soluci�n de continuidad, se equivoc� de punta a punta. El Bocha nunca se cas� con nadie. Ni con Pastoriza, Menotti, Santoro, Bertoni o Trossero. Cada uno de ellos, en su momento, cuando ejercieron como t�cnicos del Rojo, recibieron cr�ticas sin anestesia por parte de Bochini.
Holan, por supuesto, no iba a quedar al margen. El 3-1 de River sobre Independiente del martes 2 de octubre, promovi� que el Bocha expresara en los medios su desacuerdo total con el tibio planteo t�ctico del entrenador, con la formaci�n inicial (dejando a Gigliotti en el banco), con la salida de Ben�tez en el segundo tiempo y con la actitud muy poco agresiva del equipo, sin considerar el desastroso desempe�o del juez brasile�o Anderson Daronco, con el VAR como testigo privilegiado de una conducci�n arbitral sospechada.
Estas observaciones filosas de Bochini se extendieron en Independiente en varias direcciones: dirigentes, prensa partidaria, jugadores, hinchas. Holan, en general, qued� mal parado ante las audiencias. Incluso con varios jugadores que �l no acerc� al club. O con algunos que �l acerc� y que en alguna medida intent� desplazar, pero no pudo lograrlo por el baj�simo nivel de la mayor�a de los refuerzos que pidi� y le trajeron con una celeridad no acostumbrada en el f�tbol argentino.
Las inseguridades reveladoras de Holan para armar el equipo en cada compromiso ya alteraron la tranquilidad del plantel. Ese m�todo de cambiar y seguir cambiando partido tras partido en virtud del rival, del contexto, del hecho de ser local o visitante o de otras circunstancias que Holan no expl�cita, expresan la dimensi�n de sus dudas renovadas.
Esas mismas dudas son las que deja al desnudo cuando cree que algunos jugadores (valiosos en la marcha del equipo) con trayectoria y peso en el seno del plantel pueden debilitar su autoridad. Si fuera por Holan, prescindir�a hoy mismo de esos jugadores. Pero por ahora no puede hacerlo. Y no s� sabe si podr�.
La realidad es que Holan pretendi� erigirse en una remake del Pato Pastoriza, el entrenador m�s influyente y admirado de Independiente. El desaf�o existencial le qued� demasiado grande. Es verdad, Holan algo hizo por el club. Y algo consigui�. Pero la victoria siempre ef�mera lo confundi�. O peor a�n: lo delat�.
"DIARIO POPULAR"
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