lunes, 25 de febrero de 2019

Enrique Larrousse: "El estadio Libertadores de América necesita una vibra ganadora."

Enrique Larrousse estuvo en Independiente el gran campeón!, por AM 1490 Radio Gama.- El notable locutor e hincha de Independiente leyó una composición de su autoría, referida al Estadio Libertadores de América:
"Que silencio reparador de nervios.
Las tribunas vacías se secaron en una mañana sin lluvias.
Los gritos y cantos se han ido.
La expectancia que vibra y late durante el partido también.
Los rumores del pasaje de cada jugada.
El silencioso y denso bramido de cincuenta mil suspiros de impotencia, dejados en tres fatídicos instantes, lo ha llevado el viento que es cómplice del tiempo.
Ese tiempo amo absoluto de toda circunstancia y reparador de todo lo indeseado.
La estructura roja de hierro y concreto no se relaja.
Los millones de corazones carmín no llegan a conmover su decepción metafísica. Alguien me dijo el cemento no siente.... je!
Es imposible que noventa años después el lugar cuya vibración emotiva irradiada al espacio borró la huella del antiguo bañado para erigirse en monumento latente, no deje en las nuevas gradas la energía del viejo estadio.
Ese viejo símbolo glorioso y ganador hasta el cansancio.


Los momentos de la noche, la fiesta que se instala en la previa y que subsiste mas allá del resultado, se han diluido esta vez, apagados por no haber dado rienda suelta a la felicidad.
Duermen impotentes y y crispados, silenciosos y sedientos de pronta ocasión.
Hasta un nuevo clásico.

El estadio necesita una vibra ganadora.
El Libertadores nació en la crisis mas aguda, siempre inoportuna e indeseada, en la mas horrible pesadilla del universo rojo.
Alli se erigió.
Como apurada y excusatoria respuesta a la incapacidad de gestionar de un grupo de hombres que buscaban tapar con una mole de cemento la inapelable caída que eran incapaces de evitar.
Y como todo lo que nace del apuro, como una cesárea, un rescate en la noche entrante, un salvataje en el portal de la obscuridad, no tuvo el beneplácito natural que un templo heredero merecia.
Se diría que vino a buscar la compensación de las angustias mal frenadas que años de mala administración habían acumulado en el alma contemporánea del club.

El Libertadores necesita ser bautizado por la impronta ganadora y gloriosa del CLUB ATLÉTICO INDEPENDIENTE.
El coloso necesita un festejo de esos que provee la historia.
Lo que no debemos es pedirle a la historia que siga compensando con recuerdo de vibraciones la carencia prolongada de nuevas epopeyas.
Debemos generárselas para que un nuevo latido metafísico se apodere del lugar y, como rememorando la mejor postal del viejo bañado antes de ser convertido en aquel primer estadio de cemento de Latinoamérica, resuelva por si solo una bocanada de vida e imagen triunfal al necesitado y aun herido presente.

El Libertadores necesita un titulo de los grandes, de los buenos, de los permanentes.
Una celebración colosal que se impregne por otros cien años en ese altar rojo que no pedimos, que si aceptamos y que tanto amamos.
El estadio necesita esa vibra local que solo aquel INDEPENDIENTE  supo darle a la Doble Visera.
Esa fortaleza inexpugnable donde la felicidad nunca tuvo discusión ni culpa.
Donde los grandes del mundo resignaron sus pergaminos ante la dimensión del local.

La cancha debe renacer de su juventud imponiendo su localía predestinada.
Necesita triunfos o eventuales y sacrificados empates, pero debe urgentemente alejar las caídas hasta dejarlas empequeñecidas a su mínima y casual expresión.
Y ésto hay que hacérselo carne a los planteles actuales y los que vengan.
La localía no puede ser débil,  transigente, tibia o confusa.
Debe ser lapidaria como lo fue durante décadas en ese lugar del espacio metafísico donde, voluntades ganadoras cimentaron una mística eterna y dieron la vida para sostenerla.

No importa quien sea el rival que visite, no puede permitirse que el local no lo avasalle, no lo someta, no lo supere en autoridad.
Y eso es parte del trabajo, del desafío, del compromiso.
Quien no lo recuerde, no lo sepa o no lo practique, deberá dejar su lugar a torrentes sanguíneos que si lo hagan.

Asi lo veo y lo siento como hincha de INDEPENDIENTE.
Hay que refundar la localía, instalar la actitud y recordar la condición triunfante.
Urgente, necesario y esencial."
Audio aqui: 

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