Publicado en LA NACION.-
Ricardo Elbio Pavoni (74 años; Montevideo, Uruguay) vio en vivo a Los Beatles en Inglaterra. Corría el año 1964 y el lateral charrúa, de gira con su selección, no podía dimensionar lo que pasaba. Faltaban dos meses para que "A Hard Day's Night", el tercer álbum de estudio de la mítica banda, fuera presentado. "No entendía por qué la gente se tiraba al piso cuando ellos cantaban. Con el tiempo me di cuenta de que en ese momento estaban revolucionando la música y yo, sentado ahí, todavía no lo sabía", dice el mejor lateral izquierdo de la historia de Independiente. En ese viaje, el 6 de mayo, en un amistoso ante el seleccionado local, Pavoni evitó dos goles en la línea. Los medios británicos, al día siguiente, lo llamaron el Ángel Guardián de Wembley. "Perdimos 2-1, pero aún recuerdo muy bien esas dos jugadas", cuenta.
Pavoni es un prócer futbolístico. Salvo por Independiente y Boca, el uruguayo tiene más Libertadores que todos los equipos del continente. La ganó en cinco oportunidades (65, 72, 73, 74 y 75). Peñarol, un gigante, apenas lo alcanza. Francisco Sá, otra gloria del Rojo, lo supera por una, pero sus títulos también se reparten con la camiseta de Boca. Hoy su estadística parece una epopeya imposible para cualquier jugador. Son números de ciencia ficción. De las 17 copas internacionales que conquistó Independiente a lo largo de su historia, Pavoni participó en nueve. Cinco Libertadores, tres Interamericanas y una Intercontinental forman parte de su bagaje durante 12 temporadas en los Rojos (1965 a 1976), en las que además ganó tres torneos locales. Un título por año. El Chivo ("como me conocen todos en Argentina") es, sobre todo, un especialista en certámenes sudamericanos.
"Independiente está a un par de escalones de volver a ser el de antes. Está cerca de recuperar el lugar en el que tiene que estar. Las cosas están saliendo bien: ahora el desafío es mantenerlo en el tiempo", dice Pavoni, en la ciudad deportiva de Villa Domínico, a pocas horas de viajar a Brasil junto a la delegación que encabeza Ariel Holan. El miércoles, en Porto Alegre, Independiente irá en busca de dar el golpe ante Gremio, el último campeón de la Libertadores, tras el empate 1 a 1 en Avellaneda. La Recopa Sudamericana está en juego.
-¿Se puede?
-Se puede.
-¿Cómo?
-Hay que ir a Porto Alegre a jugar con actitud y coraje. El resultado está abierto para cualquiera de los dos equipos. Tampoco digo que sea algo sencillo: Gremio no es Flamengo y, cuando te ataca, te lastima. Se va a venir al humo. Pero Independiente ya conoce el ambiente de Brasil y está en un buen nivel. Haber jugado en el Maracaná hace apenas dos meses le da a este plantel un plus, una experiencia que puede inclinar la balanza a su favor.
-¿Cómo se maneja el entorno? Las autoridades ya avisaron que el Arena do Gremio va a estar lleno.
-Hay que transformar todo ese clima en algo contraproducente para ellos.
-¿Y cómo se logra?
-Hay que atacarlos, mostrarles los dientes, y demostrarles que tenemos personalidad. Que la gente, de a poco, empiece a impacientarse. Hay que entrar en la cancha y decir: "Todo muy bonito, pero acá adentro somos once contra once y hay dos arcos. Y nosotros queremos la Copa". Dejar en claro que Independiente va a Brasil a buscar el triunfo. De todos modos, en esta clase de situaciones, y lo digo por experiencia, lo importante es tener la cabeza puesta solo en el partido y tratar de abstraerse de lo que pase en las tribunas. No hay que escuchar a los de afuera. La gente va a chiflar, a insultar, pero lo fundamental es hacer tu juego. Son momentos en los que hay que salir con ferocidad a la cancha, pero siendo inteligentes. Y si hay que tirar la pelota afuera, habrá que hacerlo sin vergüenza. No hay que regalarse.
-¿Qué tiene este plantel de Independiente?
-Este plantel tiene personalidad, pero principalmente es un muy buen grupo. Veo una conexión grande entre ellos. Los jugadores saben que, si uno falla, atrás hay otro que está cubriendo la espalda. Esa seguridad es impagable: salís a la cancha con más firmeza. Estoy convencido de que los buenos grupos, con trabajo y esfuerzo, generan buenos equipos. Hay una confianza total entre ellos. Además, es un equipo que sabe reponerse: el otro día, con uno menos desde los 27 minutos del primer tiempo, logró empatar el partido. Incluso fue superior. En la final con Flamengo se repuso dos veces a un resultado adverso.
-Independiente es casi infalible en finales continentales. ¿Por qué cree que se da eso?
-Independiente tiene algo especial, como si fuera un polvo mágico para las finales. La mística es algo que nos diferencia del resto de los clubes.
-¿Qué es la mística?
-La mística es un contagio de generación en generación, algo que está en el estadio, en la gente, en el saludo, en el aire... La mística es nuestra bandera, es parte de nuestro ADN, lo que nos hizo reconocidos a nivel mundial. El grito de aliento de nuestra gente es una exigencia que hay que respetar. No cualquiera puede vestir esta camiseta.
-¿Cómo es Holan?
-Holan es un gran estudioso, una persona que vive para el fútbol. Fui al entrenamiento y no paraba de analizar videos de Gremio. Es capaz de parar 50 veces la jugada para encontrar los errores del rival. Aprovecha muy bien la tecnología, algo que no todos saben hacer. Y tiene algo que, para mí, es determinante: sabe armar buenos grupos y elige muy bien las posiciones de sus jugadores. Sabe dónde cambiar y dónde no.
-Después de la Recopa se viene la Libertadores. ¿Lo ilusiona?
-La Libertadores es nuestra Copa, forma parte del ADN del club, y todos queremos volver a ganarla. Cuando vamos a las peñas y llevamos algunos trofeos, el 70 u el 80 por ciento de los hinchas se saca fotos con la Libertadores y no tanto con la Intercontinental. La gente quiere la Libertadores. Este Independiente, con el tiempo, puede lograr una copa más. Estoy convencido. Es cuestión de seguir por este camino y tratar de mantener a los mejores jugadores.
Por: Jonathan Wiktor
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