Néstor Clausen pasó por los micrófonos de Muy Independiente Radio y se refirió a la situación que se vive en Bolivia, los lugares en los que dirigió y la actualidad del conjunto de Avellaneda.
“Estoy pasando la cuarentena en Santa Cruz de la Sierra, Bolivia. Aquí todavía hay aislamiento obligatorio por la cantidad de contagios”, comentó el ex futbolista del Rojo en el comienzo.
Luego, expuso: “Acá en Bolivia se habla mucho de reducir los salarios. Los jugadores al principio estaban firmes en no tocar su sueldo, se le quitó un poco de seriedad a la pandemia. De a poco tomaron conciencia y buscaron llegar a un acuerdo. Muchos clubes bolivianos acordaron pagar la mitad de los sueldos de marzo y abril. Los ingresos aquí no son iguales a los de los clubes argentinos, acá va a costar recuperarse más”.
Con respecto a su carrera como entrenador, exclamó: “Me gusta dirigir en distintos países, es lindo conocer nuevas culturas. Estuve en Kuwait. En ese club, no podía hacer los cambios yo, los tenía que hacer el presidente”, y continuó: “Yo hablo poco inglés y tenía un traductor. Una vez, di la formación y el presidente me pedía que juegue otro futbolista. Aunque vaya ganando, él me pedía siempre que juegue. Cuando lo puse, nos empataron el partido y terminé puteándolo. Al otro día me echó por haberlo insultado, arreglé para que me pague y me fui. Muchas veces se metía en el entrenamiento y quería jugar en las prácticas, ellos son así”.
Por otra parte, el Negro habló del presente del Rojo y señaló: “Independiente perdió terreno de 2017 para acá. Hoy en día, es muy difícil pelearle a River y a Boca”.
Además, sostuvo: “Jugar en Independiente no es fácil, el problema de armar un equipo de juveniles es que la presión en algún momento te juega una mala pasada. Estos chicos deben estar acompañados por gente grande”.
En relación a las decisiones que se tomaron, manifestó: “De lejos, veo que es cierto que los dirigentes cometen errores pero alguien los eligió. En su momento se le dio la llave del club a Holan, y eso fue un error. Si hubiera habido un mánager después de la copa de 2017, a Independiente no se le escapaban los jugadores. No había que vender, al contrario, era el momento de mantener una base”.
Asimismo, acerca de los hinchas dijo: “Las nuevas generaciones no son de ‘Paladar negro’ como las de antes pero igualmente te exigen. El hincha no se fija quién está en el banco cuando no se gana, lamentablemente para Pusineri, si no se le empiezan a dar los resultados la gente va a reaccionar”.
En el final, Clausen explicó por qué prefiere no regresar al club: “La gente de Independiente me hace llegar su cariño, tengo una buena relación con ellos y es por eso que no quiero volver a dirigir al club, no me gustaría perder todo esos momentos lindos”.
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