miércoles, 6 de abril de 2016

Arquitecto Claudio Pezzi: "¿Tenemos nueva fecha de inauguración del Libertadores?"

Por el arquitecto Claudio Pezzi
TENEMOS FECHA PARA UNA NUEVA INAUGURACION DEL LIBERTADORES ¿ESTA VEZ SI?
En sucesivas notas anteriores habíamos dicho que el optimismo no acelera un proceso de construcción.  Cuando se traza un cronograma de avance  los plazos establecidos no pueden, ni deben, variarse (en menos) con el fin de acortar plazos naturales de avance.
Supongamos una situación ideal donde el abastecimiento y acopio de materiales en obra están  programados a la perfección, el clima no afecta la continuidad diaria de los trabajos y  que la forma de financiar todo lo que falte ya está resuelta.
Aun así queda por considerar que la mayoría de las tareas son correlativas, es decir necesariamente se encadenan, y que para empezar algunas hay que finalizar primero otras. Son estos los períodos donde sumar mano de obra no contribuye en nada. Al contrario, puede sumar problemas por superposiciones de gremios. Parece esto algo menor pero no lo es. Hay tareas que llevan un tiempo de curado (comúnmente llamado “de secado”). Para dar un ejemplo, si se quiere burdo: no se puede pintar una pared a los pocos días de haberse levantado y revocado.

Si bien los sistemas de construcción en seco actuales han podido variar un poco achicando los tiempos, en el caso del Libertadores el 90% de la obra faltante se debe realizar con el sistema tradicional, “a la vieja usanza”, utilizado desde hace más de 100 años y con muy pocas variaciones que se pudieron lograr mediante la aparición de modernos equipos y maquinarias. 
Marzo 29.- “Los arreglos que fuimos haciendo son de mantenimiento… Pero en el estadio, cosas que estuvieran mal hechas, no encontramos. Encontramos cosas que les faltaba mantenimiento, pero no mal hechas” (Ing. Carranzana)

Abril 2.- “Se están haciendo las tareas diarias en paquetes sanitarios, se han subsanado falencias que podía tener el estadio, lo mismo en el sector Erico.- La idea es terminar a fondo las gargantas 3 y 4 y la Bochini en su totalidad, para el año que viene emparejar en todos los sectores del estadio” (Arq. Fernandez Dorado).

Con apenas cinco días de diferencia encontramos una contradicción entre estas dos declaraciones. Lo que certifica algo que venimos comentando en reiteradas oportunidades: 
Mucho tiempo y muchos de los recursos financieros deberán utilizarse todavía para rehacer trabajos ya dados por bien pagos.

Esta introducción explica algunas cosas, que quien no conoce de obra necesita saber, para poder entender que la forma de comunicar las cosas es muy importante.
Sabemos que algunos hasta dieron fecha de inauguración del estadio terminado para el 20 de diciembre de este año. Entonces cabe preguntarse:
¿Qué se considera en este momento “llegar a terminar el estadio”?
Tal vez sea poder llegar a ocupar el 100% de las 48.000 ubicaciones disponibles finales prometidas. Pero esto no implica de por si terminar completamente la obra. 
Nada se sabe todavía de muchas cosas que nunca se explicaron cómo ni cuándo se van a finalizar. A saber:
- Los cerramientos laterales en todo el perímetro
- Los módulos sanitarios de los sectores Erico Baja y Alta, Norte y Sur Alta. Donde los problemas por mala ejecución son conocidos por todos, y la calidad de terminación nos avergüenza
- La instalación eléctrica interna de todos los sectores es muy precaria y escasa
- La terrazas de cada una de las 4 gargantas no tenemos en claro cómo serán definitivamente
- No conocemos si se encontró una solución de los problemas estructurales de las cabeceras populares
- La parte baja del residual de la Doble Visera necesita todavía de un trabajo enorme
Y expresamente no me voy a referir al techado completo porque ha quedado bien claro que es algo programado para iniciar en 2017.

No se sabe cuánto se gastó entre 2007-2010, se invirtieron más de $ 30.000.000 durante 2015, y no se sabe cuánto más queda por invertir para decir que definitivamente el Libertadores estará terminado tal y como nos fue presentado en los renders de 2006. Pero lo peor es que a esta altura está muy claro que por fallas de diseño y de construcción el Libertadores resulta chico. Un verdadero despropósito si pensamos que se tuvieron todas las posibilidades a disposición en la etapa de proyecto para pensar un estadio que contemple el crecimiento del club a por lo menos 50 años. Lamentablemente hoy para muchas cosas ya es tarde.

Siempre he manifestado que no importa el tiempo que lleve la terminación, pero pido  que no se caiga de nuevo en el error de programar una inauguración cuando las incertidumbres todavía son demasiadas. Tenemos varias experiencias negativas al respecto. Tres inauguraciones ficticias lo corroboran.
Finalmente, como forma de graficar una situación y sin ánimo de comparar momentos del Club, a todos nos ha quedado marcada a fuego una frase dicha allá por febrero de 2011:
“CONTRA EL INTER, CON ESTADIO TERMINADO”

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