domingo, 5 de enero de 2020

Olé: El refuerzo del Rojo para entrenarle el cerebro al plantel.-

Foto: La Caldera del Diablo.-
Nota: Ole
Carlos Gutiérrez, neurocientífico y psicólogo deportivo que arribó de la mano de Pusineri, comenzó a trabajar con el plantel y contó sus particulares métodos para potenciar habilidades.
Lucas Pusineri lo conoció en 2018, cuando dirigió al Cúcuta. Luego se lo llevó a Deportivo Cali y desde el jueves pasado está en Independiente. Carlos Gutiérrez es el primer refuerzo del Rojo. Se trata de un psicólogo deportivo que es experto en neurociencia. Trabaja con deportistas de alto rendimiento desde hace más de 13 años, tiene un laboratorio y es uno de los especialistas en la materia que más prestigio ostenta en su país natal. “Mi función es disponer ensayos de entrenamiento psicosensorial para potenciar las habilidades de los futbolistas. Pusineri es un técnico muy moderno y le da mucha importancia a la parte mental. El deportista es cuerpo y mente. En el fútbol de hoy hay que entrenar el cerebro, no sólo los músculos. Nuestros métodos ayudan a mejorar la toma de decisiones, la concentración y los tiempos de reacción”, le comentó a Olé el hombre al que el flamante entrenador le tiene mucha confianza.
-Hay que hacerlo todos los días, como si fuese un músculo. En la pretemporada voy a realizar una serie de tests que me van a dar un parámetro de cada deportista y del grupo en general. Se trabaja desde lo individual y lo grupal. Una vez realizado ese diagnóstico trabajaremos para que los deportistas sean más inteligentes y eficientes a la hora de tomar decisiones y ejecutar movimientos.
-¿En qué consisten esos trabajos?
-Para los arqueros tenemos unos lentes que inhabilitan la visión por micromilésimas de segundo. De acuerdo a la programación que uno les vaya dando desde el celular podemos ampliar o disminuir el bloqueo del campo visual. El objetivo es incrementar la capacidad del portero para calcular velocidad, distancia y profundidad. Esos lentes ayudan a determinar cuál es el ojo dominante y el perezoso. A partir de esa información se puede trabajar para lograr un equilibrio. También tenemos un sistema de luces LED que nos ayudan a disminuir los tiempos de reacción. Esas mejoras ayudan al cerebelo a reaccionar con mayor velocidad a los impulsos que se transmiten a través de los canales neuronales. Y esas micromilésimas de segundo que nos vamos a ahorrar en la ejecución marcarán la diferencia entre ganar el balón o no, meter el gol o no y ganar un duelo individual o perderlo.

-¿Los jugadores son receptivos o desconfían de lo desconocido?

-Normalmente ante lo nuevo puede surgir el rechazo o la aversión. Algunos son más receptivos que otros. A medida que le demuestras al futbolista que tu trabajo es científico, que no hay azar sino que todo es planificado, empiezan a creer. Ellos se dan cuenta de que quienes más se apegan al programa mejoran las habilidades cognitivas. La clave es explicarles para qué les va a servir cada ejercicio. Y de a poco empiezan a ver al psicólogo como un profesional y no como el topo que va a ir a contarle algo al entrenador. El hecho de que me haya traído el profe no quiere decir que le voy a contar infidencias. No, en absoluto. El sigilo profesional está por delante.

-Gallardo trabaja con neurociencia desde hace rato. ¿Cree que en el futuro todos los cuerpos técnicos incorporarán especialistas en esa materia?

-El neuro entrenamiento te posibilita mejorar las capacidades de respuesta del cerebro. Y te permite que ambos hemisferios cerebrales trabajen al mismo tiempo. Cuando eres diestro, el que más trabaja es el hemisferio izquierdo y viceversa. El otro hemisferio está de adorno. Nosotros precisamos que también empiece a trabajar porque con esa plasticidad cerebral las respuestas físicas, cognitivas y motoras mejoran considerablemente. Mi trabajo es en el campo porque el consultorio del psicólogo deportivo debe ser la cancha.

-¿Al trabajar ambos hemisferios se puede lograr que un zurdo le pegue de derecha casi con la misma precisión que con su pierna hábil?

-Casi que se puede lograr. Depende de la predisposición del futbolista para realizar trabajos a diario. Es posible, mediante ejercicios de repetición como ejecución de remates. Es indispensable adaptar el cerebro y comenzar a mejorar no sólo la precisión, sino también la potencia. Ahí es donde entra el término plasticidad cerebral.
-Usted también es psicólogo y heredan un plantel golpeado. ¿Será necesario trabajar aún más?

-No podemos quedarnos llorando sobre la leche derramada. Tenemos que modificar el yo quiero por el yo puedo. Y si cambiamos esa ecuación mental vamos a ver mejoras significativas. Habrá que formar un grupo en el que a todos les duela lo que le pase al compañero, que haya sentido de pertenencia. Vamos a hacer un trabajo muy interesante. Estoy agradecido a la vida por haber llegado al club más grande de la historia de la Argentina.

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